viernes, octubre 27, 2006

Los nuevos ricos del ladrillo amasan 26.000 millones con el boom inmobiliario

usuario_conectado RAMÓN ARAGONÉS / ALBERTO CAÑABATE
Invertia.com

Son rematadamente ricos, ambiciosos, comparten su pasión por el fútbol (más especialmente por el Real Madrid) y en algunos casos encarnan a la perfección el sueño americano: se han hecho ricos partiendo de la nada por la gracia del boom inmobiliario y de infraestructuras de los últimos años. Son los grandes señores de la construcción y el ladrillo, un nuevo club de multimillonarios del que forman parte algunos empresarios de casta en el sector, como los Entrecanales, los Del Pino, Esther Koplowitz y otros advenedizos que han llegado en los últimos años a la cúspide a golpe de fusiones y arriesgadas operaciones corporativas. En esta pléyade figuran Florentino Pérez (ACS), Luis del Rivero (Sacyr Vallehermoso), Joaquín Rivero (Metrovacesa), Juan Miguel Villar Mir (OHL), Luis Portillo (Inmocaral) y Fernando Martin (Martinsa y Fadesa). Conjuntamente, su patrimonio supera los 26.000 millones de euros, lo que representa alrededor del 2,5% del PIB español.

La fortuna amasada les ha convertido en los nuevos amos del mundo empresarial, extendiendo sus tentáculos a sectores básicos tan estratégicos como la electricidad o el petróleo. En muchos casos, el cuartel general de estos nuevos triunfadores de la burbuja inmobiliaria ha sido el estadio Bernabeu, dado que muchos de ellos están vinculados de una u otra manera al club blanco. Hay un dicho en el sector que asegura que el palco del estadio del equipo merengue se han cerrado y negociado estos años más pelotazos inmobiliarios y operaciones urbanísticas que en todas las salas y despachos de reuniones del país. Y es que estos empresarios han visto en el fútbol el remate ideal para una carrera fulgurante en el mundo del ladrillo.

Asimismo, este frenesí constructor e inmobiliario ha llevado a la cumbre a anónimos empresarios medianos o pequeños, que regentaban hasta entonces prósperos negocios, en muchos casos regionales, pero fuera de los circuitos nacionales. Es el caso de los dueños de compañías como Parquesol (familia Fermosella), Constructora San José (Jacinto Rey), Nozar (Luis Nozaleda), Astroc (Enrique Bañuelos), Riofisa (Mario Losantos), Reyal (Rafael Santamaría), Urbas (la familia Guadahermosa) y Renta Corporación (Hernández Cabanyes), que han irrumpido en bolsa (a veces como accionistas más que como empresas cotizadas) cuando hace unos años pocos habían oído hablar de ellas.

Los protagonistas

Florentino Pérez (ACS). Es el empresario de éxito por excelencia, el que mejor representa el boom del ladrillo. Su imagen ha alcanzado una dimensión “galáctica” tras su paso por la presidencia del Real Madrid. De hecho, el entonces vicepresidente del equipo blanco, Emilio Butragueño llegó a calificarle de “ser superior”. Su patrimonio personal se acerca a los 1.390 millones de euros fruto de su participación del 10% en ACS y está considerado como el gran contratista del país.

Florentino sentó las bases de su actual imperio en 1983, cuando adquirió Construcciones Padrós por una peseta, que se encontraba en quiebra. Más tarde incorporó OCISA, Auxini y Ginés Navarro. Aunque presume de ser un empresario hecho a sí mismo, siempre ha tenido el respaldo de dos de las familias financieras más poderosas del país, los Albertos y en los March, con los que mantiene todavía hoy un perfecto matrimonio a pesar de los escándalos judiciales que han salpicado a los primos. Florentino también tiene un pasado político. Así, fue concejal del primer ayuntamiento democrático de Madrid con la UCD de Adolfo Suárez en 1979 ocupó después diversos cargos ministeriales. En los últimos años se ha convertido en el empresario omnipresente ya que los tentáculos de ACS ha llegado a las infraestructuras, a través de Abertis y luego al mercado energético. Lo último, su entrada en Fenosa y luego en Iberdrola, ha sentado un precedente entre las constructoras que luego han seguido otras como Acciona o Sacyr, provocando un gran vuelco en el mapa eléctrico español. Su último reto es la fusión de dos de las mayores eléctricas del país para crear un gigante nacional, tras adquirir un 35% de Fenosa y un 10% de Iberdrola.

José Manuel Entrecanales (Acciona). A sus cuarenta y pocos años es uno de los magnates de ladrillo de más pedigrí del sector ya que es el heredero del imperio que surgió en 1997 de la fusión de las compañías Entrecanales y Tavora (fundada en 1931 por su abuelo) y Cubiertas y MZOV (adquirida en 1997). Combina su refinada formación financiera -ya que pasó buena parte de sus comienzos en la banca de inversión- y su amor por el rigor en trabajo con su debilidad por los vehículos deportivos de gran cilindrada. En estos momentos acumula en la constructora una fortuna de más de 5.100 millones de euros ya que su familia cuenta con alrededor del 60% de la constructora.

Entre los grandes aciertos de los últimos años que ha permitido a esta compañía hacer aún más rico a los Entrecanales se encuentra la inteligente apuesta por Airtel (actualmente Vodafone), que generó unas plusvalías de 2.300 millones de euros, la entrada en el sector eólico (donde invirtió 700 millones de euros) a través de EHN, la antigua compra de Transmediterránea y la controvertida entrada con el 15% en el capital de su rival FCC. La entrada en Endesa con un 20% y sus aspiraciones en el sector petrolero le han hecho un hueco definitivo en el top empresarial español. Su último golpe de efecto ha sido convertir la “sostenibilidad” (que el mismo define como “la obligación de compatibilizar el desarrollo de aquellas actividades que contribuyen al crecimiento económico de la empresa con el equilibrio ecológico y el progreso social y el bienestar social”) en el gran estandarte del grupo.

Luis del Rivero (Sacyr Vallehermoso). Este empresario murciano se ha convertido de la noche a la mañana en uno de los protagonistas de la vida empresarial española tras el desembarco de esta constructora en el capital de Repsol. Es el mejor ejemplo de ingeniero inconformista, ambicioso y peleón. Cuenta con un patrimonio de alrededor de 1.500 millones de euros fruto de su participación de casi el 14% de la constructora aunque posee importantes negocios en su región de origen, que se centran en el sector agrícola, especialmente en la producción de cítrico. Tras su paso como ingeniero de caminos durante más de una década por Ferrovial en los años setenta, más tarde creó junto a José Manuel Loureda y Manuel Manrique la constructora Sacyr.

Sobre ella pilotó su meteórico crecimiento como uno de los grandes del sector mediante las compra de compañías de la dimensión de Vallehermoso, ENA (Empresa Nacional de Autopistas), la portuguesa Somague, el 33% de la francesa Eiffage y en las últimas semanas el 10% de Repsol. En el camino, quedó su intento de asalto a BBVA, que le hubiera catapultado a la primera línea de las finanzas españolas, pero que finalmente se vio frustrado. Es directivo del Real Madrid y asiduo al palco blanco, donde se le ve con algunos de sus rivales, entre ellos Florentino Pérez, Fernando Martín o Juan Miguel Villar Mir.

Esther Koplowitz (FCC): Es la única mujer presente en este ránking de multimillonarios de la construcción y el ladrillo. De hecho, Forbes la sitúa entre el puesto 400 entre los más ricos del planeta. Encarna todos los atributos más anhelados entre los ricos, grupo del que forma parte por tradición y casta, ya que es guapa, inteligente, y además solidaria. Tan sólo con su paquete accionarial del 52% en FCC acumula un patrimonio de casi 4.700 millones de euros. Pero bajo la imagen frívola y endiosada que proyecta se esconde una labor solidaria desconocida. De hecho, al igual que su hermana, Alicia Koplowitx otorga ayudas a numerosas ONGs, financia proyectos sanitarios y becas. Además, apoya a diferentes órdenes religiosas y causas sociales.

Juan Miguel Villar Mir (OHL). Este ex ministro de Hacienda y catedrático en ingeniería de Caminos y Obras Pública es otro histórico empresario de nuestro país que se ha forjado en numerosas batallas empresariales de sectores que abarcan desde el industrial al de la construcción. Entre sus especialidades se encuentra la de reflotar empresas en crisis, lo que le ha servido para convertirse en otro de los referentes de la construcción en las últimas décadas. Controla la mitad de la constructora OHL, valorada actualmente en casi 790 millones de euros. También es conocido, como la mayoría de sus rivales, por sus veleidades con el fútbol ya que intentó en las últimas elecciones del Real Madrid hacerse con la presidencia del club blanco en candidatura junto a corredor Carlos Sainz.

El germen del actual grupo tuvo lugar en 1987, cuando Villar Mir compró Obrascón al simbólico precio de una peseta ya que arrastraba pérdidas de unos 6 millones de euros (unos 1.000 millones de las antiguas pesetas). Consiguió reflotarla, lo que le permitió casi una década más tarde, en 1996, hacerse con Huarte, que se encontraba en plena suspensión de pagos. Posteriormente, en 1999, fusionó Obrascón y Huarte con Laín, dando lugar al actual grupo OHL.

Fernando Martín (Martinsa y ahora Fadesa). Este anónimo químico vallisoletano y ex político de UCD que saltó a la fama hace unos meses, al tomar las riendas del Real Madrid tras la precipitada marcha de Florentino Pérez, ha sido en los últimos años uno de los grandes propietarios de suelo de Madrid a través de su sociedad Martinsa. Está considerado como uno de los nuevos ricos del sector, con una fortuna valorada en más de 600 millones de euros, aunque hay quien afirma que el valor de los terrenos que posee podrían duplicar esta cifra.

En bolsa, los inversores comenzaron a conocerle por su participación del 6% en el recién creado grupo Sacyr Vallehermoso, que abandonó posteriormente por su enfrentamiento con el actual presidente Luis del Rivero. Con las plusvalías obtenidas con esa operación y con su inmobiliaria compró un 3% de Unión Fenosa y participaciones inferiores al 1% en Telefónica, BBVA y Santander, lo que le supuso un desembolso de 552 millones de euros. Está considerado uno de los hombres más poderosos de la capital de España, con fuertes contactos políticos en todo el espectro político. A su fortuna unirá ahora la del dueño de Fadesa, Manuel Jové tras cerrar un acuerdo para comprar su 51% en la empresa, valorado en unos 1.900 millones de euros). Precisamente Jové ha sido otro de los protagonistas del ladrillo del último lustro, aunque finalmente ha decidido hacer caja y apostar por sus inversiones personales, como la participación del 4% en Fenosa.

Joaquín Rivero (Metrovacesa): En el sector se le considera el “rey de las opas” ya que ha tenido que enfrentar media docena de estas operaciones hostiles desde finales de la década de los noventa y siempre ha salido victorioso. Actualmente el valor de sus activos en bolsa asciende a los 4.400 millones de euros. Rivero puso la primera piedra de su actual grupo en 1999 al adquirir a Altadis su inmobiliaria, Zabálburu en una operación controvertida. Bami lanzó una OPA hostil y compró el 100% de una inmobiliaria cuatro veces mayor por 294 millones. Tres años más tarde, Rivero se vio envuelto en la polémica al hacerse con el control de Metrovacesa tras comprar un 23,9% al BBVA sin lanzar una OPA.

En 2003, se tuvo que enfrentar a la OPA hostil del grupo italiano Caltagirone, de la que salió triunfante. Al final, tras verse forzado por la CNMV a lanzar una OPA sobre otro 10%, fusionó Metrovacesa y Bami. Otro éxito lo obtuvo en 2005 cuando lanzó una oferta por la francesa Gecina. La última OPA le ha enfrentado a los Sanahuja, antiguos aliados suyo, aunque en este caso las espadas se mantienen en alto. Los directivos que han trabajado con él aseguran que su modelo de gestión es muy “paternalista” y que le gusta hacer las cosas a su manera, más que mediante acuerdos de consenso. Precisamente éste ha sido uno de los motivos que argumenta la familia Sanahuja para explicar su enfrentamiento con el empresario sevillano. En cualquier caso se le considera muy hábil e inteligente en las negociaciones y un hombre afable con sus colaboradores.

Rafael del Pino (Ferrovial). Heredero del imperio creado por su padre en 1952 (no en vano la familia está considerada una de las mayores fortunas del país junto a Botín, a Amancio Oretega, a las hermanas Koplowitz y los Entrecanales), tan sólo en Ferrovial amasa una fortuna de cercana a los 5.600 millones de euros. Es quizá el empresario que ha llevado con menor protagonismo personal el boom de la construcción de los últimos años aunque se ha transformado en ese tiempo en una de las grandes constructoras del continente europeo.

Al igual que los Entrecanales, se trata de una familia muy enraizada en la burguesía empresarial. La compañía debió sus inicios al establecimiento y explotación de talleres de traviesas para Renfe y la renovación de la vía. Durante los años cincuenta comenzó progresivamente su expansión internacional, que extiende en los años sesenta al sector de las autopistas, la construcción e inmobiliario. Adquiere en 1995 Agromán y en 1999 la sociedad sale a bolsa e inicia el proceso de integración de sus actividades de construcción en la nueva Ferrovial Agromán, la primera constructora nacional. A partir de ese momento el grupo ha tomado una fuerte dimensión internacional que se ha apoyado en el crecimiento de su negocio de autopistas (a través de Cintra) infraestructuras (adquirió la británica Amey) aeropuertos (reforzado con la compra del operador británico BAA), y en la expansión por EE UU con numerosas adquisiciones.

Luis Portillo (Inmocaral): Aunque se dio a conocer durante la guerra accionarial del presidente de Metrovacesa, Joaquín Rivero, con los italianos de Caltagirone, al adquirir un porcentaje del 5,6% de la inmobiliaria, el salto de este empresario sevillano al estrellato se produjo en el verano de 2005 cuando decidió comprar Inmocaral, de la que ahora posee cerca de un 40%, valorado en unos 520 millones de euros. Posteriormente abandonó el capital de Metrovacesa. Además, cuenta con pequeñas participaciones en BBVA y Santander, lo que eleva aún más su fortuna.

Este nuevo rey Midas de la construcción es un empresario andaluz atípico ya que es exageradamente austero, huye de los actos sociales y es poco amante de las entrevistas periodísticas. Su trayectoria es quizá de las más espectaculares del sector ya que partió de un pequeño negocio familiar impulsado por su padre, un maestro albañil. La empresa fue a más y comenzó a comercializar algunas promociones en Dos Hermanas, a partir de cuyo momento empezó a prosperar. Precisamente, las malas lenguas de Sevilla apuntan como motivo de su meteórico ascenso el fuerte despegue inmobiliario vivido por esta localidad en los últimos años y la buena conexión del empresario con los políticos que han protagonizado este proceso. También se vio beneficiado por el boom de la construcción vivido en Sevilla por la Expo 1992, ya que las grandes constructoras le subcontrataron toda la obra posible para llegar a tiempo. Algunos le describen como “el hombre idóneo que estaba en el momento oportuno en el sitio justo”.

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