jueves, mayo 29, 2008

Salazar quiere canjear por acciones sus CFD en Cleop en compañía de socios


Fuente : Invertia

Roberto Salazar, segundo accionista de Compañía Levantina de Obras Públicas (Cleop), está inmerso en negociaciones con la banca para cerrar todas sus posiciones en contratos por diferencia (CFD). La intención del que fuera consejero de la constructora valenciana sería canjear por acciones estos productos financieros, para lo que espera encontrar un socio. Fuentes de toda solvencia han asegurado a INVERTIA que Salazar ha liquidado alrededor del 10% de sus CFD, algo menos del 1% del capital de Cleop.

“Las negociaciones con los bancos van muy bien”, comentan fuentes próximas a la operación. Salazar es segundo accionista de la constructora levantina con el 14,6% del capital en acciones ordinarias y, hasta ahora, alrededor del 9% en CFD. Un interlocutor conocedor de la situación asegura que Salazar “ha vendido todos los contratos con uno de los cuatro bancos con los que contrató estos productos, alrededor del 10% del total del total de los CFD”. Este porcentaje equivale a unas 70.000 acciones de Cleop.

La intención de este socio de la empresa que preside Carlos Turro (primer accionista con el 33% del capital) sería “cerrar todas las posiciones en CFD para reconvertirlas en acciones”. Para ello, Salazar busca ahora un socio que se haga con un porcentaje de estos títulos que controlan los bancos. El porcentaje de acciones que mantenga Salazar dependería “del precio de la acción”, según las fuentes consultadas, que prefieren mantener el anonimato hasta que las operaciones se formalicen.

Los socios de compañías cotizadas que no formen parte del consejo están exentos de comunicar sus posiciones en contratos por diferencia, ya que éstos no dan derecho a adquirir acciones. Al contrario de lo que sucede con las obligaciones y los futuros, explica a este medio un portavoz de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La legislación, por lo tanto, sólo obliga comunicar posiciones en CFD a aquellos accionistas que también tengan puesto en los consejos de administración.

El CFD es un contrato sobre activos financieros que se formaliza entre dos partes (cliente e intermediario) y en el que la liquidación se realiza por diferencias entre el precio de compra (venta) y el de venta (compra), sin la entrega del activo negociado. Para poder operar con este producto, el cliente debe depositar unas garantías. Si el valor baja de un determinado precio, esas garantías tienen que cubrir la diferencia. Si el cliente no deposita esas garantías adicionales, el intermediario ejecuta las acciones.

Como sucedió la semana pasada en el caso de Salazar Bello y Cleop. La ejecución por parte de la banca de las acciones que respaldaban estos CFD provocó que la constructora se desplomase un 36%, desde los 23,99 euros hasta los 15,5 con los que cotiza en este momento. Hasta esa fecha, día en que celebraba junta de accionistas, Cleop acumulaba una revalorización del 1.275% desde 2002.

Por ese motivo, Salazar Bello decidió abandonar su puesto como consejero de la compañía levantina. “Ante la situación actual, creo más conveniente para la compañía no seguir en el consejo”, dijo este socio en declaraciones a Reuters/EP.

Tras esta incidencia en la cotización, la compañía ha establecido una limitación en su reglamento por la que prohíbe a sus consejeros la contratación de instrumentos financieros derivados sobre sus acciones, según dijo en un comunicado a la CNMV. Los consejeros de Cleop solo podrán contratar dichos productos financieros si el consejo de administración aprueba por unanimidad la operación previo informe favorable del Comité de auditoría.

Cleop ganó 1,13 millones en el primer trimestre de 2008, el 9,9% menos que en 2007. Los ingresos alcanzaron los 17,02 millones, una cifra similar a la del mismo periodo del año anterior, sostenida en parte por la actividad intragrupo (2,2 millones). La construcción supone el 70% de sus ingresos. Cleop capitaliza con 129,8 millones de euros.

La ortodoxia del BCE dispara al bono español a máximos desde la crisis subprime

Fuente : Invertia

La renta fija ha dejado de ser un activo refugio. Las presiones inflacionistas y el mejor sentimiento ante la evolución económica de EE UU y Alemania sitúan la rentabilidad de los bonos españoles en máximos tras la crisis subprime. El bono del Tesoro a dos años ha escalado desde marzo, fecha en la que hizo mínimos, del 3,2 al 4,3%. La previsión de que los bancos centrales mantendrán, o incluso subirán los tipos de interés, está detrás del repunte.

“No hay margen para recortar tipos”, dijo esta semana el presidente del Bundesbank y miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), Axel Weber. En este momento están en el 4%. “Hay que mantener la opción abierta de subir tipos”. La institución financiera comunitaria, siempre escrupulosa a sus principios, nació en el verano de 1998 con un solo fin: mantener la inflación de la zona euro por debajo del 2%.

El último dato publicado por Eurostat en la región aleja cualquier probabilidad de que, al menos en el corto o medio plazo, la institución que preside Jean Claude Trichet decida rebajar el precio del dinero. Los precios subieron en marzo el 1%, lo que sitúa la inflación interanual de los 15 en el 3,6%, su mayor cifra desde que hace once años se comenzó a elaborar el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA). En España, ese dato alcanza el 4,6%.

El propio Weber, en una entrevista concedida a la revista alemana Euro, argumentó que el BCE espera una tasa de inflación del 3% para el ejercicio, y no dudó en afirmar que actuarán con “determinación” si se producen “incrementos de precios adicionales o efectos de segunda ronda”. De momento, las materias primas no conceden ni un respiro. El precio del futuro del barril de Brent ha escalado el 38,4% en el año hasta los 130 dólares, mientras que otros productos como el maíz lo han hecho por encima del 20%.


En el fondo, el mensaje que difunde el banco central de la zona euro no ha variado un ápice desde hace meses, a pesar de la contracción de la liquidez derivada de la crisis de las hipotecas. Sólo que en este momento se conjugan además otras realidades macroeconómicas que difieren en sustancia de anteriores situaciones. La economía alemana creció en un solo trimestre un espectacular 1,5%, el mejor dato en doce años, mientras que su IPC está en el 3%. Entonces, ¿para qué bajar tipos?

Esta situación ha provocado que la rentabilidad de la deuda se dispare hasta máximos desde julio, justo antes de que la crisis subprime pusiese a prueba los cimientos del sistema financiero. Un bono español a 2 años cotiza ahora en el 4,33%, más de un punto porcentual por encima del 3,2% que marcó el 17 de marzo de este año. Día, curiosamente, en que la Reserva Federal de Nueva York y el gigante de las finanzas JP Morgan salieron al rescate de Bear Stearns. Sin duda, la operación de salvamento fue un mensaje de calma al mercado.

Por lo tanto, si se parte del actual mensaje del BCE, la lógica invita a pensar que el precio de los bonos (inverso a su rentabilidad) seguirá corrigiendo en las próximas semanas. Aunque la extrema sensibilidad con la que el mercado recoge cualquier novedad macro puede dar la vuelta a la tortilla.

El bono español a 10 años, al igual que su hermano pequeño, también ha disparado su tipo en las últimas semanas. En este momento, renta al 4,57%, máximo desde el verano de 2007. El Euribor a 12 meses, principal referente de las hipotecas concedidas en España con tipo variable, se sitúa ahora en el 5,05%, cuando en febrero llegó a caer hasta el 4,29%.

EE UU salva el primer envite de la recesión

En la primera economía del mundo, los temores de recesión se alejan tras crecer un 0,6% en el último trimestre en dato interanual. Y buenos datos como las órdenes de bienes duraderos (sin incluir los bienes de transporte), alejan la posibilidad de nuevos recortes en el precio del dinero. La Reserva Federal dejó los tipos en el 2% tras una frenética marcha de siete recortes consecutivos desde el 5,25% de antes del verano de 2007.

El bono americano a 10 años se sitúa por primera vez desde enero en niveles del 4%. “Una subida casi ininterrumpida desde que alcanzara su suelo de los últimos años en niveles del 3.2 % a mediados de marzo”, recuerda José Luis Martínez Campuzano, estratega jefe de Citigroup en España. “Esperamos que las rentabilidades de la deuda a medio y largo plazo sigan reflejando el deterioro de las expectativas de inflación”. La previsión del mayor banco americano por activos es que la rentabilidad del bono a 10 años se sitúe entre el 4,2 y el 4,5% en la primera mitad de 2009.

Las últimas voces incluso abren la puerta a futuras subidas de tipos. Janet Yellen, gobernador de la Reserva Federal de San Francisco, dijo que el actual nivel de tipos es apropiado para impulsar la economía. Y que los sucesivos recortes y las rebajas fiscales de 100.000 millones de dólares aprobadas por la Administración Bush deberían ser suficientes.

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