viernes, abril 11, 2008

Santander asiste impotente a caída de Sovereign con pérdida de 2.000 millones

Fuente : Invertia

Sovereign Bancorp, el único grano de la gestión de Emilio Botín al frente de Santander, ya le supone una factura 2.000 millones de dólares (1.200 millones de euros al cambio actual) en minusvalías latentes. El banco cántabro compró a 24,7 dólares unos títulos que sólo valen 8,7. Y, lo que es más desesperante, sin la posibilidad de aumentar su presencia por encima del 24,4% actual sin la petición expresa del consejo, tal y como establecen las condiciones del pacto. Algo que se antoja improbable, ya que el fondo que echó a Jay Sidhu de la presidencia en 2006 compró su participación del 6,3% a un precio similar al de Santander.

Con la mirada puesta en otro sitio, pero las manos atadas en EE UU. Así se sienten los gestores de la mayor entidad financiera española. Es cierto que la estrategia de Santander pasa ahora por la integración de Banco Real en Brasil, una adquisición loada desde todas las casas de análisis, y el reforzamiento en la banca comercial en Europa, como demuestran las últimas compras a General Electric Money y a Royal Bank of Scotland (RBS), con una inversión conjunta de aproximadamente 1.300 millones de euros. Pero lo del banco de Filadelfia no es sólo una mancha. Daña las cuentas.

Santander tuvo que provisionar en los resultados de 2007, los mejores de su historia con un beneficio superior a los 9.000 millones de euros, más de 700 millones por culpa de Sovereign. La razón fue la amortización del fondo de comercio por las compras que había efectuado la entidad norteamericana desde 2006: el banco que preside Joseph Campanelli presentó pérdidas de 1.400 millones de dólares por el deterioro del fondo de comercio ante la depreciación de los segmentos de banca de consumo y New York Metro. Los problemas de Sovereign son también de Santander.

La entidad que preside Emilio Botín invirtió 3.000 millones de dólares en el verano de 2006 en la compra de su paquete del 24,4%, a un precio medio de 24,7 dólares. Esa participación vale ahora un 65% menos, ya que Sovereign cotiza en 8,7 dólares tras un 2008 nefasto (-23,5%). Es decir, Santander contempla minusvalías latentes de 1.975 millones de dólares. En euros, teniendo en cuenta el precio del dólar en cada momento, la cuantía se sitúa en 1.733 millones.

El problema para Santander es que sólo puede esperar y ver, a pesar de ser el primer socio del banco estadounidense y contar con tres de los doce consejeros que tiene la entidad. Que, por cierto, se reúne en junta este mayo en ambiente muy caldeado tras la destitución del director financiero, Mark R. McCollom, y, sobre todo, por los problemas con los empleados de la entidad. Éstos han contactado con un bufete para posibles acciones legales contra el banco por haber comprometido supuestamente los planes de pensiones y acciones.

Santander entró en Sovereign con un pacto que le impone ciertas condiciones. Hasta el 31 de mayo de este año, el banco cántabro sólo puede completar una participación del 24,9%. Nada más y algo que ya tiene. Desde esa fecha hasta el 31 de mayo de 2009, Santander puede comprar Sovereign a un precio mínimo de 40 dólares por acción, lo que equivaldría a una prima del 360% respecto a los 8,7 euros actuales. Algo que sólo algunas inmobiliarias se pudieron algremente permitir. Y será sólo a partir de la última fecha señalada cuando Santander tendrá vía libre para hacer lo que guste.

¿Una vía de servicio? Bacheada y con curvas

Ahora bien, existe otra salida para que la mayor entidad española se haga de forma íntegra con el banco americano: que el consejo de Sovereign le invite o proponga a otra entidad comprar el banco. Santander siempre tendrá derecho de preferencia en el último caso. Algo realmente improbable si se parte de ciertas consideraciones, sobre todo monetarias.

Relational Investors, presidido por Ralph Whitworth, con dos consejeros en Sovereign y un 6,3% del capital social, alentó a finales de 2006 la salida de Jay Sidhu de la presidencia del banco tras una pugna que venía curiosamente de la entrada de Santander en el accionariado del banco de Filadelfia. Sidhu, que también fue miembro del consejo de la entidad española, usó el dinero que pagó Santander –el acceso se articuló a través de una ampliación de capital- para la compra del 100% de Independence Community Bank por cerca de 4.000 millones de dólares.

Y ya se sabe. A los fondos de inversión no les gustan las adquisiciones, ya que castigan la cotización del valor. De ahí la pugna con Sidhu y el incremento de su influencia en el órgano político, repetido en otras compañías como Home Depot, donde Relational Investors fue uno de los artífices de la salida del consejero delegado Bob Nardelli, al igual que en Sprint Nextel. En el fondo, incluso en la superficie, la ambición de este vehículo inversor, que gestiona 7.000 millones de dólares, es que Santander lance una OPA por Sovereign para maximizar su inversión.

El problema son las valoraciones. Relational Investors compró su paquete accionarial a 21,07 dólares de media. Por lo tanto, es muy difícil que se muestre dispuesto a traspasarlo a precio de ganga. Por supuesto, este fondo de San Diego sólo cuenta con dos consejeros y la decisión de ofrecer el banco a Santander depende de los siete restantes (Santander cuenta con tres representantes) y en especial del presidente y consejero delegado, Joseph Campanelli. Pero el precio es un handicap muy importante.

Así, lo que la lógica indica es que Santander no moverá ficha hasta el verano de 2009, cuando pueda lanzar una oferta de compra del 100% al precio que desee. Aunque si por algo se caracteriza la gestión de Emilio Botín al frente de Santander es por sorprender a propios y extraños.

¿Qué dicen los analistas de Sovereign?

Sovereign, muy afectado por el parón de la mayor economía del mundo, la caída del consumo y los efectos perniciosos de la crisis subprime (aunque no tiene apenas hipotecas de alto riesgo), está pasando un auténtico calvario en bolsa. Ni siquiera fue capaz de sumarse al carro alcista al que se subió la banca americana tras la operación de rescate de Bear Stearns por parte de JP Morgan.

Los analistas tampoco han tenido piedad con sus valoraciones. Siempre sin excepción a la baja. El precio medio objetivo de Sovereign se sitúa en los 10 euros. Apenas un 15% por encima del precio actual. La máxima calificación es de neutral. El consuelo es que la media de Bloomberg espera un beneficio neto para el primer trimestre del año de 104,4 millones de dólares, aunque las revisiones puntuales apuntan siempre a menor resultado.

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