miércoles, octubre 24, 2007

Iberdrola aspira a duplicar su beneficio para 2010 hasta los 3.500 millones de euros

Fuente : Invertia

La primera eléctrica del país espera alcanzar un beneficio neto de 3.500 millones de euros en 2010, más del doble del obtenido el ejercicio pasado. Para ello, el grupo experimentará un crecimiento anual del 11% en el beneficio por acción (bpa), según consta en la presentación de su plan estratégico 2008-2010. Los responsables de Iberdrola han anunciado inversiones cifradas en 24.200 millones de euros hasta esa fecha, de los que 17.800 serán en crecimiento orgánico. La mitad de esta última cifra tiene como objetivo alcanzar los 13.600 MW de capacidad eólica instalada para 2010.

El objetivo de Iberdrola es mantener su actual liderazgo mundial en el negocio de energías renovables, según se desprende de su nuevo plan estratégico. Para ello, realizará inversiones valoradas en 24.200 millones de euros en tres años, de los que 17.800 corresponden a crecimiento orgánico y el resto a la adquisición de la eléctrica estadounidense Energy East.

De esta cantidad, 8.600 millones van destinados al negocio de renovables. El 54% de la inversión se centra en EE UU, con la vista puesta en alcanzar 3.300 MW adicionales de energía eólica en ese país para 2010. El 14% irá destinado al desarrollo de proyectos en España y el resto para el Reino Unido y resto de negocios, incluido el gas. Según Iberdrola, la capacidad instalada de energía eólica alcanzará los 13.600 MW en 2010 gracias a una cartera de proyectos de más de 41.000 MW. “El objetivo de instalar 2.000 MW por año”, dicen desde la eléctrica.

Para ello, Iberdrola mantiene que “cerca de dos terceras partes del plan de desarrollo hasta 2010 está cubierto con los actuales acuerdos de suministro”. Gamesa es el principal suministrador de aerogeneradores, con 2.700 MW hasta 2011.

Otros 5.800 millones de euros están previstos para, según Iberdrola, “maximizar la calidad de servicio, asumiendo marcos regulatorios adecuados”. El 35% se centran en España, el 36% en Reino Unido, el 24% en Canadá y el 5% en Latinoamérica. El resto, alrededor de 2.500 millones de euros, serán para “la repotenciación e inversiones medioambientales”.

Con esta inversión, Iberdrola aspira a un crecimiento medio de su Ebitda de entre el 6 y el 10% en función de las diferentes regiones y negocios hasta el fin del plan estratégico. Gracias a un crecimiento medio anual del 11% en su bpa, asegura Iberdrola, el beneficio neto superará los 3.500 millones de euros en 2010. Además, la eléctrica afirma que mantendrá su actual política de dividendo.

Otro de los objetivos de la presidida por Sánchez Galán es rebajar el apalancamiento en 2010 por debajo del 50% desde el 54% de cierre de 2006. Los activos de la compañía se tasarán en esa fecha en 88.000 millones de euros.

Respecto a las desinversiones, Iberdrola prevé vender activos no estratégicos por más de 3.000 millones de euros. Según consta en su plan, el valor de mercado de la cartera industrial e inmobiliaria del grupo supera los 6.000 millones de euros, con "plusvalías por importe superior a 4.000 millones de euros”.

Repsol, forzada a ser pequeña tras perder en una década la carrera del tamaño

Fuente : Invertia

En los últimos compases de la década de los 90, se dio el pistoletazo de salida a la frenética competición entre los grupos petrolíferos por ganar dimensión y cuota de mercado. Repsol se hizo con la argentina YPF en 1999 y sólo en ese año duplicó su tamaño en bolsa. Desde entonces, la compañía que por entonces presidía Alfonso Cortina y que ahora dirige Antoni Brufau ha visto como el resto de rivales le ha superado, o crecido en mayor proporción, en todos los aspectos: ventas, resultados y capitalización. Ahora, los planes de Repsol YPF pasan por ser más pequeña y rentable.

La lucha por obtener el máximo beneficio del lucrativo negocio del crudo ha sido encarnizada desde que a cierre del pasado siglo comenzase, al igual que en el resto de industrias, un imparable proceso de concentración empresarial. La globalización trajo consigo la creación de gigantes energéticos. Repsol jugó sus cartas con la compra de la andina YPF y la expansión en Sudamérica, una pauta que también siguieron Santander, BBVA, Endesa o Telefónica. La apuesta, con el paso de los años, ha demostrado cuando menos no ser la mejor.

En abril de 1999, la Repsol presidida por Alfonso Cortina tiró la casa por la ventana y acometió la, hasta aquellas fechas, mayor operación corporativa ibérica. Con el beneplácito de la administración Aznar, la española se impuso a sus competidores en la subasta por YPF tras pagar algo más de 17.500 millones de dólares, según datos de Bloomberg. Esta adquisición permitió a Repsol colarse en el top ten del sector y reequilibrar la composición de sus ingresos, hasta entonces más centrado en la industrialización y comercialización y menos en la exploración y producción.

La nueva compañía se convirtió en la quinta petrolera del mundo por beneficios, aunque su deuda se elevó hasta los 23.000 millones de dólares, 3,61 billones de las antiguas pesetas. El mercado aplaudió la decisión estratégica con una subida en bolsa del 53% en 1999, desde los 15 euros a los 23 por acción hasta capitalizar con 27.350 millones a cierre de ejercicio. Al año siguiente, con la consolidación de YPF, Repsol elevó un 72% sus ventas hasta los 44.403 millones de euros en 2000, mientras que el beneficio neto subió un 140% hasta los 2.429 millones.

Desde esa fecha, el crecimiento ha estado limitado en todos los sentidos. El valor en bolsa de la compañía no finalizó su descenso hasta 2002, año en el que terminó con una capitalización de algo más de 15.000 millones. Ahora, el valor bursátil de Repsol YPF asciende a 32.500 millones, apenas un 19% más que hace ocho años. Lo ingresos a cierre del pasado ejercicio se situaron en 55.080 millones de euros para un beneficio neto de 3.124 millones, lo que representa un exiguo incremento del 28,6% respecto a 2000.

En una reunión con analistas de Merrill Lynch, el management de Repsol anticipó unos planes que modifican de forma ostensible el actual plan estratégico 2005-2009. Según el banco americano, emerge una Repsol que se “reestructura hacia una compañía más pequeña pero con dignas perspectivas de crecimiento a través de 7 u 8 proyectos de refino, químicos y de exploración y extracción de crudo (E&P) que podrían otorgar un crecimiento del 6% en sus beneficios hasta 2012”.

Para ello, Repsol YPF magnificará sus desinversiones, previstas en 1.500 millones en el plan estratégico. El primer punto es la venta del 40% de YPF en vista a los problemas por los que atraviesa en el país, al igual que en otros puntos de Sudamérica. Con esta operación pretende obtener recursos cifrados en 10.500 millones de euros. El principal cambio es, en cualquier caso, la consideración de non core su participación en Gas Natural -el 11% de su balance- y el abandono progresivo de su negocio de Gas Natual Licuado (GNL) tras el varapalo en Argelia con el proyecto Gassi Touil.

Ahora, según los analistas de Merrill, en Repsol “se habla poco de adquisiciones”. El plan estratégico preveía inversiones de “21.100 millones, de los cuales algo más de la mitad corresponderá a proyectos de exploración y producción”.

Los números son expresivos. El resto de competidores de la multinacional hispano argentina ha evolucionado a un ritmo muy superior hasta convertirse en auténticos colosos del petróleo. A la vez que el precio de la codiciada materia prima ha escalado cerca de un 700% desde cierre de 1998, desde los 10,5 dólares a los 85 dólares por barril, las cuentas de resultados y la capitalización bursátil de los principales grupos mundiales se han distanciado con avidez respecto a los números de Repsol YPF.

Un crisol de compañías concentradas en Europa y América

En la Europa continental, Total es a día de hoy la mayor compañía del sector con unas ventas a cierre de 2006 de 132.700 millones de euros, para un beneficio neto de 11.768 millones. La capitalización bursátil de la francesa supera los 130.000 millones de euros, cuatro veces el tamaño de Repsol. En 1998, Total ingresó menos dinero que Repsol y obtuvo un beneficio de 886 millones, casi 200 millones menos que la española. Pero la integración con Elf en 1999 en una operación valorada en 53.000 millones de dólares y un año antes con Petrofina, 12.800 millones, cambio el signo comparativo.

La transalpina Eni presentó unas ventas similares a Repsol a cierre de 1998, aunque ya por entonces cuadruplicaba su tamaño en bolsa y la doblaba en beneficio neto. Desde esa fecha, Eni ha duplicado su valor bursátil hasta los 100.000 millones de euros gracias a un proceso de crecimiento orgánico y compra de campos petrolíferos. La inversión en este último punto supera los 20.000 millones desde 2000, por lo que sus ingresos se han triplicado desde 1999 hasta los 86.000 millones con los que cerró el ejercicio pasado, para un beneficio neto superior a los 9.000 millones, el triple que Repsol.

En Reino Unido, la fusión de la holandesa Royal Dutch con la británica Shell en 2005, operación tasada en 80.000 millones de dólares, creo un gigante energético con unas ventas a cierre de 2006 de 254.000 millones de euros y un neto superior a los 20.000 millones. La capitalización bursátil de Royal Dutch Shell está cerca de los 187.000 millones de euros.

Por su parte, British Petroleum (BP) ha multiplicado casi por tres sus ingresos desde 1999 hasta los 208.952 millones del pasado ejercicio gracias a una actividad sin freno de adquisiciones. En 1998, compró la estadounidense Amoco por 56.000 millones de dólares, y al año siguiente se hizo con Atlantic Richfield por 31.800 millones de dólares. El beneficio a cierre de 2006 alcanza los 17.256 millones de euros, mientras que la capitalización del grupo es de 168.000 millones de euros, frente a los 101.000 millones con los que finalizó 1998.

En EE UU está el enclave de la empresa que más vale en bolsa del mundo. Exxon Mobil capitaliza con 360.000 millones de euros, más de diez veces el tamaño de Repsol YPF y el doble que su precio en bolsa de 1999. El grupo es resultado de la fusión de Exxon y Mobile, acometida en 1998 por un montante que superó los 80.000 millones de dólares. La integración sirvió para que el grupo cuadruplicase su beneficio neto desde 1999, 7.400 millones de euros, a 2006, 31.400 millones.

Las cifras de Conoco Philips y Chevron, los principales competidores de Exxon en EE UU, también asustan. La primera ingresó 12.746 millones de euros en 1999, la mitad que Repsol YPF. El año pasado, ese epígrafe de la cuenta de resultados se situó en 133.500 millones, un 142% más que la española. La capitalización bursátil de Conoco Philips se ha disparado desde los 11.850 millones de euros cierre de 1999 hasta los 138.000 millones que cuesta en la actualidad. De por medio, la adquisición de Burlington Resources por 36.000 millones de dólares.

Chevron, por su parte, se hizo mayor en 2000 con la adquisición de Texaco por 43.000 millones de dólares, y alcanzó la madurez cinco años más tarde tras hacerse con Unocal por 20.000 millones de dólares. Chevron valía lo mismo que Repsol en 1999 y facturó alrededor de un 30% menos, pero en este momento su valor en bolsa es cuatro veces el de la presidida por Antoni Brufau. El año pasado, la compañía estadounidense obtuvo una ganancia neta de 13.650 millones de euros, también el cuadruple que Repsol YPF.

El auge de las economías de los países emergentes, en especial los BRIC (Brasil, Rusia, India y China), también ha permitido la configuración de puntas de lanza empresariales en el mundo de la energía. Petrochina cuesta en bolsa algo más de 305.000 millones de euros, diez veces la capitalización de 2000 y la de Repsol, mientras que sus ingresos se han multiplicado por más de cinco desde 1999 hasta los 69.000 millones de euros con los que finiquitó el curso pasado. Su beneficio casi cuadruplica el de Repsol YPF.

China Petroleum, a pesar de presentar un precio de mercado inferior de apenas 170.000 millones de euros, ha multiplicado este guarismo por seis veces en cinco años. En 1999, el beneficio neto de la compañía fue de unos 500 millones de euros, la mitad que Repsol. El año pasado, China Petroleum cerró el ejercicio con unos honorarios de 5.400 millones de euros, un 72% por encima de Repsol YPF.

Las rusas Rosneft (63.000 millones de euros) –creada a partir de activos de Yukos- y Lukoil (49.900 millones) también superan el tamaño de la energética española. Al igual que la brasileña Petrobras (116.900 millones), la noruega Statoil (71.700 millones) y la canadiense Suncor (33.500 millones). Pemex, que no cotiza en bolsa, también está por encima en ventas y beneficio neto de Repsol YPF.

El resto de empresas del sector que cuentan con una menor capitalización a la de Repsol YPF ha experimentado un crecimiento porcentual de mayor relevancia. La estadounidense Marathon Oil ha multiplicado por cuatro su tamaño desde cierre de 1999 hasta los 28.200 millones, cuando la hispano argentina ha crecido el 19%. La austriaca OMV vale cerca de 15.000 millones en este momento, siete veces más que en 1999, mientras que la húngara MOL es cinco veces más grande. La portuguesa Galp vale el doble desde su salida a bolsa en 2006 y Cepsa, participada por Total y Santander, ha multiplicado por nueve su precio en ocho años hasta los 18.800 millones actuales.

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