lunes, junio 30, 2008

ACS tendrá que aportar garantías adicionales por el desplome de Unión Fenosa

Fuente : Invertia

ACS, primera constructora española por capitalización, deberá aportar fondos por un máximo de 55 millones para evitar que la banca le ejecute parte de su participación en Unión Fenosa. En concreto, el 4,5% adquirido a Manuel Jove a 40 euros por acción a cierre de 2006, cuando hoy cotiza por debajo de 37. Esta cifra puede elevarse hasta los 418 millones si la eléctrica cae por debajo de un cierto precio desconocido para el mercado. ACS también estructuró las adquisiciones de Iberdrola y Hochtief con las acciones como aval.

“Entre las principales características del contrato de financiación, destaca la existencia del mantenimiento de un ratio de cobertura sobre el valor de mercado de las acciones de Unión Fenosa, de tal forma que, de no mantenerse éste, podría ser motivo de la ejecución de la prenda constituida”, se puede leer en el informe anual de auditoría de ACS elaborado por Deloitte. “En el caso de no cumplirse el ratio de cobertura mencionado y decidirse mantener la financiación, ACS estaría obligada a aportar fondos hasta un límite de 55,07 millones de euros en forma de crédito subordinado”.

A cierre de 2006, con las acciones de Unión Fenosa en 37,5 euros, ACS aportó 36,37 millones para cumplir con este ratio de cobertura. En este momento, la tercera eléctrica del país cotiza en 36,8 euros tras perder un 12% en junio. Por lo que se intuye que la constructora tendrá que cumplir con la banca acreedora, en este caso Ixis Corporate and Investment Bank, y aportar las garantías adicionales.

Ixis financió a ACS la compra del 4,5% de Unión Fenosa que estaba en manos del empresario gallego Manuel Jove. El 85% del total de la adquisición (468 millones) tenía como garantía real las propias acciones. El resto fue a través de un préstamo subordinado. La operación se produjo en noviembre de 2006 y permitió a la constructora alcanzar el 40% de su participada tras pagar 40,15 euros por cada acción de Jove.

Las operaciones que ACS realizó con anterioridad -la compra a Santander del 22% de Fenosa en 2005 y la oferta pública de adquisición (OPA) por el 10% que lanzó en 2006- también tienen como garantía real las acciones adquiridas. El 75% de los más de 3.200 millones que pagó la empresa que preside Florentino Pérez en sus primeros pasos en la eléctrica están respaldados por los títulos, por lo que si Fenosa pierde determinados niveles la banca puede pedirle que aporte fondos adicionales por hasta 363 millones.

En total, ACS ha pagado 4.800 millones para completar su participación del 45,3% en Unión Fenosa. Por lo que contempla una plusvalía latente de 240 millones según la cotización actual de la eléctrica (36,7 euros). El grueso de la deuda le vence en noviembre de 2010.

Iberdrola y Hochtief, más de lo mismo

La reciente caída en bolsa de Iberdrola (-9,5% en junio hasta 8,4 euros) ha obligado a ACS a depositar garantías adicionales a los bancos acreedores (BBVA, Caja Madrid, ICO, Ixis, HVB, Mediabanca, La Caixa y Caixa Galicia). La constructora, también según la auditoria de 2007, está obligada a aportar fondos por un máximo de 331,6 millones si la eléctrica vasca cotiza por debajo de los precios pactados. A cierre de 2006, y con la eléctrica en 8,3 euros, ACS compensó con 328,2 millones la caída del valor.

La constructora que preside Florentino Pérez se hizo a finales de 2006 con el 7,22% (un 10% antes de las ampliaciones para la compra de Scottish Power y Energy East) del capital de Iberdrola por 3.300 millones, a un precio medio de 9,25 euros por título. De esa cifra, alrededor del 85% es deuda sin recurso. Es decir, unos 2.800 millones de euros del préstamo tienen garantía real con las acciones adquiridas. El resto, 500 millones, es deuda con recurso o corporativa. El vencimiento, entre 2011 y 2012.

A fecha de hoy, ACS contempla una minusvalía latente en su inversión en Iberdrola superior a los 300 millones de euros.

Respecto a la constructora alemana, ACS tendría que aportar fondos adicionales hasta 316 millones de euros en el caso de que Hochtief -en la que ACS controla el 25% del capital de forma directa (otro 4,9% en derivados)- pierda un determinado precio de mercado. El crédito, de 1.263,8 millones y concedido por BBVA, vence el 31 de octubre de 2012.

ACS se hizo con el 25% de Hochtief a un precio medio de 72 euros por acción. La constructora alemana cotiza ahora en 63,3, por lo que en este caso las pérdidas latentes ascienden a 150,75 millones.

A cierre del primer trimestre de 2008, ACS contaba con un endeudamiento neto de 18.175 millones de euros, de los que 8.525 millones son con recurso y el resto (9.650 millones) está destinado a la financiación de proyectos, como es el caso de las compras del grueso de las participaciones en Iberdrola, Unión Fenosa y Hochtief.

Los derivados de deuda, otro ingenio financiero que puede desbaratar el mercado


Fuente : Invertia

La creatividad financiera de la banca hizo claudicar a los mercados con los productos de deuda estructurados. Ahora, se suman los credit default swap (CDS), derivados que cubren al inversor ante los impagos de deuda. Un mercado de 62 billones de dólares, opaco y sin regulación, en el que los hedge funds campean a sus anchas y no siempre con la diligencia presumible. George Soros ha afirmado que “es una espada de Damocles a punto de caer”. La cuestión es cuándo.

El multimillonario inversor de 77 años, una de las voces más respetadas en el mundo de las finanzas, afirmó en su último libro (The new paradigm for financial markets: The Credit crisis of 2008 and what it means) que una reacción en cadena de impagos en el mercado de los CDS podría desencadenar la próxima crisis financiera global, recoge la revista Bloomberg Markets.

Estos productos derivados cuentan con dos partes. Una que compra el activo para protegerse del impago (default) y otra que vende ese producto, ya que apuesta a que la empresa cumplirá sus obligaciones con los bonistas. Durante la crisis de Bear Stearns, allá por marzo de este año, una de las principales ansiedades del mercado era la posibilidad de que los vendedores de CDS del banco de inversión no hubiesen podido responder ante la avalancha de contratos que se formalizaron esas sesiones. Al final, todo se quedó en aguas de borraja tras el salvamento de JP Morgan y la Reserva Federal de Nueva York.

Hasta que una empresa entra en impago, el comprador de la cobertura paga al vendedor una cuantía anual. El 14 de marzo de 2008, viernes, el precio de los CDS de Bear Stearns se disparó por encima de los 800 puntos básicos (pb). El actual de Santander, primer banco español por activos, es de menos de 70 puntos. Es decir, la protección significaba un desembolso de 80.000 dólares para asegurar un millón en bonos de la entidad.

La propia Reserva Federal tenía constancia que existían contrapartidas que no podían asumir los pagos en caso de quiebra, según recoge Bloomberg de palabras de Joseph Mason, ex miembro del Departamento del Tesoro que ahora trabaja en la Universidad de Louisiana. “Fue el rescate de JP Morgan, no de Bear Stearns”, ha afirmado. JP Morgan es el banco comercial de EE UU que más vende y compra estos derivados, y era también la mayor contrapartida en el caso de Bear Stearns.

Los CDS fueron ideados por JP Morgan en 1990 para cubrir sus riesgos crediticios, y ahora es un mercado que cubre 62 billones de dólares de deuda, sin regulación, primitivo en su operativa y sin información pública sobre la solvencia del vendedor del CDS en el caso de que tenga que pagar un bono moroso. El 40% de los contratos de estos derivados son con deuda sin grado de inversión (investment grade), frente al 8% de 2002. Ese año, el mercado de CDS era de apenas 3,8 billones de dólares.

En un estudio reciente, Standard & Poors (S&P) dijo que durante el año han entrado en impago 33 empresas en todo el mundo, para una deuda valorada en 38.300 millones de dólares. Más que en todo el ejercicio anterior y con EE UU como epicentro de la morosidad. La agencia prevé que otras 74 empresas dejen de cumplir sus obligaciones con los bonistas a lo largo del próximo año. Lo que echa más leña al fuego, ya que la eclosión de los CDS en estos años pasados coincidió con una excelente salud del mercado de bonos.

Andrea Cicione, analista de BNP Paribas, comenta a Bloomberg Markets que la crisis comenzará cuando los hedge funds, muchos sin apenas capitalizar, dejen de pagar a los bancos por los contratos, y cifra las pérdidas en al menos 35.000 millones de dólares. Aunque el guarismo puede alcanzar los 150.000 millones referidos a fondos que no pueden pagar a la contrapartida en caso de default. Según recoge Bloomberg, los hedge fund son la parte vendedora del 31% de todos los CDS.

El comprador habitual es un banco, que acostumbra a vender la protección a otra entidad, lo que crea una gran concentración de riesgo. Algunas veces se desconoce hasta qué deuda cubre un CDS. Estos derivados, además de proteger los impagos de una empresa en concreto o un índice de empresas, también pueden salvaguardar los impagos en productos estructurados CDO (paquetes de deuda de muchos tipos que pueden incluir hipotecas subprime) y también existen productos estructurados de CDS.

Otro ejemplo en el que la ingeniería financiera se lleva hasta el último extremo. Por supuesto, a mayor número de productos CDS, más comisiones que se embolsa la banca.

Los precios de los CDS vuelven a escalar

Al calor del aumento de la inflación y el recrudecimiento de la crisis financiera, el coste de protección de los impagos de deuda ha crecido un 45% desde los mínimos de mayo. El iTraxx Europe Index, un compendio de 125 empresas europeas con grado de inversión, tanto financieras como del resto de la industria, ha elevado su credit default swap (CDS) desde los 72,4 puntos básicos del 2 de mayo hasta los 105,3 actuales.


Por otro lado, el iTraxx Crossover Index, compuesto por 50 compañías con alto riesgo de inversión, ha subido hasta los 502 puntos, según datos de JPMorgan Chase & Co. Es decir, protegerse de un impago en estos bonos tiene un coste de 50.000 euros por cada millón invertido.

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