martes, febrero 12, 2008

La crisis de liquidez obliga a las cajas a reducir a un año la vida de las cédulas


Fuente : Invertia

La financiación es un auténtico quebradero de cabeza para el sector financiero. El aumento de los costes y la dificultad en la emisión de activos a largo plazo ha obligado a las cajas de ahorro, únicas entidades activas en el mercado en 2008, a acortar el vencimiento de las cédulas hipotecarias a un año. Lo normal en estos productos es entre 10 y 20 años, en consonancia con la vida de las hipotecas. En este momento, existen cédulas con estas características valoradas en 1.775 millones de euros.

“Se ha disparado el coste de financiación”, define Javier Bernat, analista de banca de Caja Madrid. “Emitir una cédula a 15 ó 20 años obliga al pago de un spread más Euribor de entre 60 y 80 puntos básicos (pb), mientras que a un año se reduce hasta los 20”.

El acortamiento de la vida de las cédulas, activos que emiten las entidades financieras para financiar las hipotecas, es un problema para la flexibilidad de sus balances. La hipoteca es un producto que se concede a largo, por lo que la banca requiere que la financiación sea con un plazo similar. Es decir, si un cliente pide a su banco una hipoteca a 20 años, los gestores de ese banco quieren emitir cédulas con vencimiento similar para eludir contingentes.

Las últimas emisiones admitidas en el mercado español de renta fija (AIAF) incumplen esta premisa con creces. De hecho, las cédulas se parecen cada vez más a los pagares, activos de renta fija a corto plazo (12 a 24 meses). Caixa Catalunya ha colocado cédulas hipotecarias por 450 millones de euros con vencimiento a un año. Le siguen Bancaja (400 millones) y Cajasol (200 millones).

También algunos bancos han comenzado a sentir los efectos de la crisis en sus últimas emisiones. Banco Sabadell emitió en noviembre de 2007 cédulas por 400 millones para amortizar en 2009, con un cupón inicial del 4,5%. Banco Popular colocó -también en noviembre- 325 millones de este tipo de activo con vencimiento a dos años. El tipo fue del 4,44%.

A pesar de que la necesidad aprieta y las entidades tienen que adaptarse a las exigencias del mercado, la emisión de renta fija en España está paralizada. Según datos de AIAF, en enero apenas se admitieron bonos y obligaciones por 107 millones, un 96,3% menos que en el mismo periodo del año anterior. En el mercado de cédulas el panorama es idéntico. El mes pasado se admitieron 860 millones de euros de este tipo de activo, un 78,5% inferior al dato de enero de 2007 (4.000 millones), en tanto que la media de los últimos cinco meses asciende hasta los 925 millones. Los bonos de titulización, por el contrario, se dispararon debido a que los propios bancos los adquieren para llevarlo como colateral al Banco Central Europeo (BCE).

Metrovacesa indemniza a la alta dirección saliente con más de nueve millones

Fuente : Invertia

Metrovacesa, mayor inmobiliaria española por valor de activos, ha pagado 9,13 millones de euros a su antiguo presidente, Joaquín Rivero, y al resto de miembros de la alta dirección que abandonaron la sociedad el año pasado tras la segregación. Un portavoz de Metrovacesa ha preferido no detallar más información, mientras que fuentes cercanas a Rivero aseguran que el grueso de esa cantidad es para Manuel González, consejero delegado del grupo hasta febrero de 2007.

A pesar de ser una salida pactada de la inmobiliaria tras el enfrentamiento con la familia Sanahuja por su control, los antiguos miembros del consejo cercanos a Joaquín Rivero se han marchado con una suculenta indemnización de Metrovacesa. Según consta en el Informe de Gobierno Corporativo de 2007, el antiguo presidente de la compañía, Manuel González (ex CEO) e Ignacio López de Hierro, ex consejero ejecutivo y antiguo vicepresidente de Bami, se embolsarán 5,25 millones de euros de forma conjunta.

Fuentes cercanas a Joaquín Rivero (1945) aseguran que el empresario jerezano “no ha recibido indemnización alguna”, y que el grueso de esa cantidad ha sido para González. Éste último abandonó su puesto como CEO de Metrovacesa hace justo un año, pocos días antes de que se conociera que los máximos accionistas -Rivero y la familia Sanahuja- habían acordado repartirse la inmobiliaria.

El resto, 3,88 millones de euros, es para los demás miembros de la alta dirección que no contaban con cargo ejecutivo. Entre ellos se encuentran Carlos Vara Sánchez y Juan Suquet González, ambos adjuntos al consejero delegado; Antonio Truan Laka, adjunto al presidente; Enrique Gracia Colldeforns, del área de Estrategia Corporativa; Francisco Espadas Misioné, del área de Planificación y Control; Manuel Carriedo Cuesta, del área de Sociedades Participadas; y Rafael del Río Zuazo, del área de Construcción.

Además de estas indemnizaciones, los consejeros ejecutivos, a los que se une también Jesús García de Ponga, actual CEO de Metrovacesa, obtuvieron por su labor 1,956 millones de euros. Esta cifra contempla la retribución fija y la variable. Al resto de miembros de la alta dirección les correspondió 4,798 millones de euros.

La nómina de Joaquín Rivero para 2007, la más generosa del antiguo consejo de la compañía, ascendió a más de 522.000 euros, 86,9 millones de las antiguas pesetas. La hija de Bautista Soler, Victoria Soler, ganó 260.890 euros. Rivero y el empresario valenciano son socios en Gecina con el 33% del capital.

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