viernes, octubre 26, 2007

Constructoras y energéticas, motores de la Bolsa de contrastes del siglo XXI


Fuente : Invertia

Los números son elocuentes. La renta variable, impulsada por energéticas y constructoras, ha sido el objeto de inversión más rentable en la España del siglo XXI, con la excepción de la vivienda. En un periodo en el que se han alternado dos ciclos en la Bolsa, el Ibex 35 ha reportado al inversor un rendimiento anual del 6,4%, frente a una pérdida del 2,86% de la renta fija. Construcción y energía son los sectores que más alegrías han dado al inversor largoplacista, con REE, Gamesa, ACS y Sacyr a la cabeza. Blue chips y banca se sitúan en el polo opuesto.

Una vez que la Bolsa parece haber encontrado techo, toca hacer balance de siete años en los que la renta variable ha pasado del cielo al infierno para, de nuevo, volver a las alturas. En el siglo XXI se está cumpliendo la máxima: la renta variable es un ente que se mueve en función de los ciclos y, aunque resulte aventurado pronosticar que ahora comienza uno bajista, la última crisis de confianza ha puesto en sobreaviso a los mercados. La pregunta es si la globalización conseguirá alterar los movimientos históricos de la Bolsa gracias al espectacular incremento de la liquidez.

El Ibex 35 ha acumulado un rendimiento acumulado, suma de la revalorización del índice más dividendos, del 62,3% en el periodo que va desde el 1 de enero de 2000 hasta la última semana de octubre de 2007, por lo que la media anual se sitúa en el 6,4%. La fluctuación de las divisas marca una sensible diferencia. Si la inversión se hubiera hecho en dólares, el rendimiento anual habría superado el 11,5%. Casi el doble.

Por encima de la de cualquier bolsa occidental. El CAC parisino apenas ha rentado el 1,86% de media anual, mientras que el DAX sin dividendo lo ha hecho en un 1,61%. El FTSE de Londres ha retribuido con el 2,71% de media anual, por delante del Dow Jones (2,1%) y el S&P 500 (1,93%). El Nasdaq ha reportado pérdidas anuales del 4,51% por el desplome de los valores tecnológicos. Al contrario que las bolsas de países emergentes que, con la mexicana (22,9% de media anual) como adalid, lideran esta clasificación. El Hang Seng de Hong Kong se ha beneficiado de los valores chinos para ofrecer una rentabilidad media anual cercana al 11%.

Por sectores, y de nuevo en España, energía y construcción han hecho las delicias de los accionistas que prefieren jugar al largo plazo. Por supuesto, existen algunas excepciones dentro esta genérica afirmación, al mismo tiempo que hay otras compañías que han retribuido con generosidad al inversor y que pertenecen a otras parcelas de la economía.

Red Eléctrica Española (REE), valor de culto entre los fondos de inversión y los jubilados norteamericanos por su recurrente dividendo y previsibilidad en los beneficios, se corona como mejor valor de la Bolsa española del siglo XXI. Una apuesta conservadora de una empresa que desarrolla su actividad en un sector regulado y que ha proporcionado una rentabilidad media del 31,87% anual a sus accionistas. En el periodo descrito, la suma de revalorización en bolsa y cupón ha revalorizado al valor en un 766,81%. Sin dividendo, la ganancia es del 560,3% en algo menos de ocho años.

Constructoras y eléctricas: una simbiosis perfecta

ACS, el grupo de energía, construcción y servicios que preside Florentino Pérez, es otro de los protagonistas destacados del panorama empresarial español del siglo XXI. En ocho años, su capitalización bursátil ha pasado de los 1.294 millones con los que cerró 1999 a los 14.000 millones actuales. De por medio, el asalto a Dragados y las continuas inversiones en empresas de su sector o energéticas. Su proyecto corporativo ha reportado a los accionistas un rendimiento medio anual del 24,97%, para una revalorización total del 469,63%.

Los números hablan por si solos, sin que sea preciso reportar cualquier consideración subjetiva. Donde siembra ACS, la cosecha es fecunda. Lo es en Hochtief, constructora alemana que ha escalado un 30% en bolsa desde la entrada el pasado mes de abril de la española. Y lo es en el sector energético nacional, donde la empresa gestionada por Pérez, Los Albertos y la familia March lanzó la primera piedra en septiembre de 2005 con su desafiante entrada en Unión Fenosa. Camino que después han seguido otros grupos con suerte dispar.

La eléctrica gallega ha ofrecido un rendimiento medio anual del 16,25% entre 2000 y la última semana de octubre de este año, para una revalorización total del 224%. Desde la entrada de ACS, la rentabilidad media anual se dobla hasta el 32,23% en medio de un contexto de reorganización del sector. Su otra carta, la suspirada Iberdrola, el grupo que Ignacio Sánchez Galán ha convertido en un gigante del sector, líder en producción eólica, ha ofrecido una rentabilidad media anual desde 2000 del 20,7%. Con la entrada de la mayor constructora española, este guarismo se eleva hasta el 27,3%.

Su participada Gamesa, fabricante de aerogeneradores, ha sacado tajada de la ambición de los gobiernos de que la energía eólica sea cada vez más representativa dentro del mix energético. En noviembre de 2000 se estrenó en bolsa, y desde esa fecha se ha revalorizado un 354,7%, para una rentabilidad media anual del 24,3%.

Endesa no puede decir lo mismo. Los accionistas del antiguo grupo estatal, pasto de los desaires políticos y divertimento para el lector por su esperpéntico proceso de venta, veían como la eléctrica se quedaba estancada tras las fuertes inversiones en Sudamérica, Italia y Francia. La acción era un plano fijo. El 31 de enero de 2000, Endesa cerró en 17,8 euros. Antes de la OPA de Gas Natural en septiembre de 2005, y tras tocar los 8 euros en 2002, Endesa valía 17,3 euros. El rendimiento medio anual fue del 3,3% en ese periodo, frente al 12,4% cosechado por Iberdrola o el 9,1% de Fenosa.

Sólo el proceso corporativo, al que se unieron E.ON y sus actuales dueños, Enel y Acciona, animó el recorrido de la acción. Desde la insuficiente propuesta de la gasista presidida por Salvador Gabarró -21,3 euros por acción, con dos terceras partes en papel- Endesa ha experimentado una subida del 130,26% con la suma de revalorización en bolsa y dividendo, el 47,96% de media anual. Ligeramente por encima de Iberdrola (46%) y Fenosa (37,9%).

Acciona, la constructora de los Entrecanales convertida en holding industrial, también está a la cabeza de las ganancias de las empresas del Ibex en el siglo XXI. El grupo ha ofrecido una rentabilidad media anual del 20,6%, en la línea de Ferrovial (21,75%) y FCC (17,45%), también inmersas en un proceso de diversificación de actividades. Sacyr Vallehermoso las supera con un reporte medio al accionista del 24,2%. Repsol YPF ha sido la última partida de la empresa gestionada por el empresario murciano Luis del Rivero y sus compañeros de barco José Manuel Loureda, Juan Abelló y Manuel Manrique.

Los grandes valores, la cuenta pendiente de la Bolsa

La petrolera hispano argentina ha ofrecido a sus accionistas un rendimiento medio al año desde 2000 del 4,6%, dos puntos por debajo del Ibex 35. Su tortuoso camino por América del Sur, aparte de perjudicar a sus accionistas, le ha impedido competir en tamaño y resultados con las compañías del sector.

Telefónica (2,4%), a pesar de las postreras y espectaculares revalorizaciones, aún no ha conseguido descontar todo el daño que sufrió en el pinchazo de la burbuja tecnológica. La gran banca tampoco ha convencido al mercado. Santander y BBVA se han hecho mayores en el siglo XXI, pero a costa de perder rentabilidad para sus accionistas.

La entidad que preside Emilio Botín, tras incorporar en 1999 al Central Hispano, ha diversificado geográficamente su negocio, desde Londres a Filadelfia, pasando por Sâo Paulo y Lisboa, y ahora más reciente por Milán. Su valor en bolsa se ha doblado hasta los 90.000 millones de euros, el mayor banco de la zona euro, aunque la rentabilidad media para el accionista entre 2000 y la semana pasada se queda en el 6,7% anual. BBVA, fusión de Banco Bilbao Vizcaya y la estatal Argentaria y que ha incorporado a su discurso el deje hispano, apenas supera el 6%.

El resto de los bancos tampoco ofrece un mejor rendimiento. Banesto, filial de Santander, ha reportado un rendimiento medio anual del 1,71% gracias al último dividendo, ya que sin su contabilización las pérdidas alcanzan el 4,34%. Bankinter, afligido en su día por la crisis tecnológica, apenas alcanza el 2,84%. Banco Popular (12%) y Banco Sabadell (10,1%) han sido los más rentables del sector.

Las operaciones corporativas animan a las antiguas estatales

Altadis e Iberia suman una rentabilidad media anual superior al 21%, si bien la aerolínea se estrenó en bolsa en abril de 2001. Desde esa fecha, su precio ha oscilado entre los 70 céntimos y los 4 euros por acción, animada en el último año por la intención de varias aerolíneas por hacerse con su gestión. La antigua Tabacalera ha reportado a sus accionistas una renta media del 20,97% gracias a su generosa política de dividendo.

Al contrario, Sogecable se coloca en el farolillo rojo con una rentabilidad media negativa del 10,06% anual, a pesar de que en este momento cotiza con un alza del 18,7% respecto al precio de la OPV de julio de 1999 (23,5 euros). Esto se debe a que la compañía filial de Grupo Prisa alcanzó los 62,8 euros a cierre de 1999 tras un espectacular rally alcista motivado por la revolución de las nuevas tecnologías. Sogecable entró en el Ibex 35 a inicio de 2000 junto a Amadeus y TPI.

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