viernes, noviembre 09, 2007

Santander desaprovecha su oportunidad italiana y añade el riesgo de adquisición

Fuente : Invertia

Desde el punto de vista financiero, chapeau. Emilio Botín dejó perplejo al mercado con una operación de libro en la que en menos de un mes ha obtenido plusvalías de 3.200 millones. Compró Antonveneta por 6.600 millones y la ha vendido a Monte Paschi por 9.000. Además, conserva su división Interbanca, tasada en 800 millones. Pero el sorpresivo movimiento del empresario cántabro hace florecer dos interrogantes, según los expertos. El primero, ha dejado escapar una oportunidad de oro para competir con una afilada arma en el mercado italiano, primitivo deseo de Santander. El segundo, el mercado duda que el primer banco español no tenga otro blanco en su punto de mira.

“Bravo, Sr. Botín”, comienza Mario Lodos, analista especializado de Ibersecurities, su informe acerca de la operación. La venta de Antonveneta, dice Lodos, implica que Santander se deshará de la “pata más débil” de ABN Amro y se quedará con la mejor parte, el carioca Banco Real. Por otra parte, añade el experto, “se cierra el mejor esquema de financiación posible”, ya que se usa caja en su mayoría y se suprime la ampliación de 4.000 millones prevista, argumenta.

Como es lógico, ese el mensaje que el mercado ha cantado al unísono. De hecho, la acción subió ayer un 4%. Santander valoró Antonveneta en la presentación de la compra de ABN Amro en 6.600 millones de euros. En poco más de un mes, la ha vendido por 9.000 millones y mantiene Interbanca, con un precio comprendido según las primeras estimaciones entre 800 y 1.000 millones. Rijkman Groenink, CEO del holding bancario holandés, ha confirmado que pedirá explicaciones a Botín. El gestor que quiso la frustrada fusión con Barclays se tiene que estar tirando de los pelos.

Santander ha vendido como en los mejores tiempos del boom inmobiliario, sobre plano y en cash, pero esta vez no hay dinero B ni evasión de impuestos”, se puede leer en un informe de Inverseguros. “No queremos decir que la operación sea fiscalmente incorrecta, sino todo lo contrario, otorgamos aún más valor a esta operación por la forma en que se ha llevado a cabo”, resaltan.

Pero no todo son alabanzas a una operación que cogió con el pie cambiado al mercado. Tanto que la operación se filtró primero en Italia (Monte Paschi envió un hecho relevante a la CNMV italiana) y media hora más tarde se publicó en la página del regulador español. De hecho, este portal acudió a un portavoz de Santander para preguntarle acerca de la subida vertical del valor. “¿La acción? Hemos vendido Antonveneta a Monte dei Paschi, pero se ha filtrado primero al Consob”. Menudo arbitraje.

Un experto en banca de una firma española, que prefiere mantener el anonimato, alaba el sentido financiero de la transacción, pero expresa sus dudas sobre el estratégico, ya que pierde una “oportunidad de oro” para competir en Italia. Además, avisa sobre el insaciable apetito del gigante financiero. “Después de lo de ABN Amro, el banco estaba tranquilo de adquisiciones, pero ahora está preparado para otra”, opina. Este experto ve a Santander comprando una entidad en EE UU, “un mercado interesante, pero no sólo por Sovereign”.

Desde BPI, apuntan a que la operación presenta algunas “preocupaciones”. Maria de Lurdes Pinho y Carlos Peixoto, los expertos en banca de esta casa, están conformes con los argumentos presentados para la venta, pero no esperaban que “Santander dejase de lado un mercado que había considerado estratégico y con un potencial de crecimiento superior a la media en el largo plazo”.

Por otro lado, desde la entidad portuguesa ponen de manifiesto que el “riesgo de adquisición vuelve a ser un interrogante para Santander una vez más”. Esto es debido a que el banco cántabro soluciona, según BPI, el empeoramiento de los ratios que acarreaba la compra de ABN Amro, por lo que la situación financiera será más cómoda y precisará de menos esfuerzos de management en la integración de los negocios adquiridos.

Otro punto negro del traspaso de los negocios de Antonveneta es, según Inverseguros, que Santander se expone a ver disminuido su fondo de comercio. “El fondo de comercio por la compra de Banco Real pasa de una primera valoración de 12.000 millones a alrededor de 9.000, perdiendo una parte de la discutida deducibilidad del fondo de comercio a la que tienen derecho las empresas españolas”. Desde esta firma, en un tono más simpático, se lamentan de no haber visto en acción a Santander en el mercado italiano, “en el que los jugadores son más ineficientes que la banca española y en el que hay mucho campo para desarrollar (hipotecas, préstamos al consumo…).

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