Iberdrola hace un canto a la “reciprocidad” para defenderse de EDF
La estrategia de Iberdrola para aplacar el ataque del gigante galo tiene mucho que ver con las instituciones comunitarias. Ignacio Sánchez Galán, presidente ejecutivo de la primera eléctrica española por capitalización bursátil, espera que se cumpla el principio de reciprocidad, para lo que Francia tendría que reestructurar su mercado eléctrico y abrirlo a la competencia. Además, ha asegurado que Iberdrola ya es un campeón nacional y que “nada de lo que se especula aporta valor”.
Como puede ser una fusión con Gas Natural o Unión Fenosa, ésta última controlada por el principal accionista de Iberdrola, ACS. “¿Campeón nacional? Somos la cuarta eléctrica del mundo. ¡Qué carajo tenemos que ser para ser campeón!”, ha expresado Sánchez Galán en rueda de prensa tras la presentación de resultados. Además, el alto cargo ha desmentido cualquier reunión con altos cargos de
“No somos dados a especulaciones, no nos gusta el Monopoly y no es serio jugar con el mercado”, añadió el mandatario de Iberdrola. Sánchez Galán indicó que Gas Natural es competidora de Iberdrola. “No es socio, es una magnífica empresa española y competidora nuestra”.
Respecto a Electricité de France (EDF), el mensaje del gestor salmantino ha sido contundente. “No es bienvenida desde un punto de vista político, social, sindical o empresarial. Iberdrola tiene su propio proyecto, que pasa por crear valor para los accionistas, trabajadores y clientes”. Y ante lo que se le viene encima, el presidente de Iberdrola ha hecho un llamamiento a Bruselas. “Reciprodicidad”, resume. “Difícilmente puedes comprar un Estado”.
EDF pertenece en un 85% al Estado francés, y sus cargos son elección directa del Palacio del Eliseo. “Los operadores europeos miran a Francia para que reestructure su mercado y lo abra a la competencia”, expresa Sánchez Galán. “El regulador es el mismo que el propietario, existen ayudas públicas, por lo que una operación [de compra de Iberdrola] trasciende el ámbito empresarial”.
Otra de las defensas de Iberdrola, aparte de ganar tamaño o buscar la compasión de las instituciones comunitarias, pasa por agasajar al accionista, de quien depende en último término el devenir de al compañía. “No creo en los núcleos duros, creo en los accionistas contentos”, dice Galán. “No tenemos blindajes, tenemos valor”, con un compromiso de pay out del 57% para estos años. Por suerte para los actuales gestores de la sociedad, los estatutos de Iberdrola limitan al 10% el voto de los accionistas. Y para modificarlos se precisa de mayoría en junta, como en el caso de Endesa.
El año pasado,
Por lo tanto, la única opción que en este momento considera el equipo directivo de Iberdrola es caminar en solitario para abordar los planes de crecimiento hasta 2010, que pasan por una inversión de 24.200 millones de euros para alcanzar un beneficio neto en esa fecha de 3.500 millones de euros.