viernes, julio 11, 2008

Los bancos aprovechan la crisis para conformar una cartera inmobiliaria de calidad


Fuente : Invertia

A perro flaco, no todo tienen por que ser pulgas. La violenta ralentización del ladrillo nacional está permitiendo a la banca construir una cartera de activos solventes. Las dificultades de liquidez de algunos de sus clientes permiten a estas entidades negociar adquisiciones de bienes inmobiliarios a precios atractivos, con la intención de ponerlos en valor a largo plazo. “Hay grandes oportunidades”, reconocen en un banco mediano.

A la pregunta de un analista, un responsable de Banesto reconoció ayer en presentación de resultados que parte del crecimiento del activo se ha conformado gracias a la compra de activos inmobiliarios a clientes. Desde la entidad argumentan que pretenden “anticiparse a posibles problemas”, y que con ello persiguen “salvaguardar la posición patrimonial y de riesgos”.

La compra de estos inmuebles se refleja dentro de la partida Otros activos. Banesto la incrementó en un 20% en términos interanuales, y ahora supone algo más de 3.000 millones de euros. De esa cifra, un poco menos de la mitad se corresponde con los fondos de pensiones, mientras que gran parte del crecimiento anual corre a cargo de la compra de activos inmobiliarios, según el propio banco.

“Nosotros también lo estamos haciendo”, expresan fuentes de otra entidad mediana que prefieren guardar el anonimato. “Existen activos de calidad, hay bueno, grandes oportunidades”. Desde el banco comentan que tienen puesto el objetivo sólo en aquellos inmuebles solventes, “para ponerlos en valor en un plazo de dos o tres años”. Desde el banco creen que es “preferible que sea de este modo”, ya que se evitan mayores problemas.

Ninguna de los bancos consultados han ofrecido cifras concretas que puedan ilustrar lo que ya, según fuentes, “se ha convertido en tendencia” en un momento muy complicado para el sector del ladrillo español. El precio de la vivienda cayó en junio el 2,5% anual, según las tasaciones de inmuebles de Tinsa. Y muchas voces se apresuran a decir que perderá entre el 20 y 30% en los próximos ejercicios hasta que la demanda absorba el stock actual.

Ante los problemas actuales de liquidez y el encarecimiento de los tipos, promotores e inversores inmobiliarios se ven forzados a desprenderse de activos. Vender un piso en la periferia es casi imposible, a no ser que se le aplique un descuento muy generoso, por lo que para cuadrar las cuentas muchos se ven empujados a desprenderse de inmuebles prósperos, con potencial de revalorización. Es decir, activos líquidos.

Como le sucedió, por poner un ejemplo, a Inmobiliaria Colonial a principio de año. En plena crisis bursátil y con el aliento de la banca acreedora en el cogote, la compañía se vio forzada a vender a Abertis y La Caixa varios inmuebles en Barcelona por 308 millones de euros. Tres meses más tarde, la caja catalana compró a Colonial varias plantas del edificio que acoge la sede de la entidad en el Paseo de la Castellana de Madrid por 85 millones.

Pero, claro está, no todo son activos de calidad. La banca tendrá que asumir en los próximos meses un creciente número de viviendas pertenecientes a clientes que no pueden cumplir con sus créditos. Muchas se colocarán en las subastas. Además, los balances de las entidades financieras continuarán deteriorándose por el incremento de la morosidad (se prevé que se duplique a cierre de ejercicio hasta el 2%), por lo que seguirán creciendo sus provisiones y continuará el deterioro de sus balances.

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