martes, abril 22, 2008

Constructoras e inmobiliarias deben 3 veces lo que tienen y 11 veces beneficio


Fuente : Invertia

El desmadre inversor de las empresas del ladrillo presenta unas cifras de auténtico infarto. Constructoras e inmobiliarias cotizadas atesoran una deuda de 138.933 millones de euros a cierre del año pasado, producto de bajos tipos, el boom inmobiliario y la estrategia de diversificación en otros sectores de la economía. Ese dato representa más de tres veces su patrimonio y es el doble del conjunto empresarial. Además, supone 10,83 veces el Ebitda, frente a las 3,91 de la media de todas las cotizadas no financieras.

“Algunas sociedades han incrementado sustancialmente su exposición a perturbaciones adversas, como consecuencia del fuerte incremento del endeudamiento en los dos últimos ejercicios, en parte ligado a diversas operaciones corporativas”, analiza la Dirección de Estudios y Estadísticas de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en un artículo en el que hace acopio de todos los datos de las compañías cotizadas.

A cierre de 2007, la construcción concentraba el 47% del total de la deuda de las compañías no financieras cotizadas en la bolsa española. Según el regulador, a principio de la nueva década la cifra era de alrededor del 10%. De 294.811 millones de euros que debían las empresas cotizadas el año pasado, 138.933 millones los concentraban constructoras e inmobiliarias.

Los bajos tipos de interés –negativos durante mucho tiempo- y el consecuente boom inmobiliario han motivado los elevados niveles de apalancamiento de estas compañías. Aunque el verdadero salto se produjo en 2006, en medio del proceso de diversificación de las principales constructoras a otros sectores de la economía, sobre todo el energético. Ese año, la deuda del sector pasó de 48.324 a 111.000 millones de euros. Esta última cifra equivale a más del 10% del PIB español, octava potencia económica mundial.

Las operaciones son por todos conocidas. La entrada de Sacyr Vallehermoso en Repsol YPF, Eiffage y Europistas. El asalto energético de ACS en dos de las principales compañías del sector, Iberdrola y Unión Fenosa, además de la adquisición del 25% de la constructora alemana Hochtief. La toma de control de Endesa por parte de Acciona. La apuesta de Ferrovial por los aeropuertos británicos con la compra de BAA. Las faraónicas compras de la pequeña Inmocaral, que en un año invirtió más de 7.000 millones en hacerse con Colonial, Riofisa y el 15% de FCC…

¿Y ahora qué? El resultado de este maremagnum de operaciones corporativas es un sector extremadamente endeudado y con problemas para seguir desarrollando su actividad ante el cierre de los mercados mayoristas de financiación y el encarecimiento del precio del dinero. Aunque el hecho más relevante es que las adquisiciones acometidas no han revertido en un mayor beneficio si se compara con las imponentes cargas que llenan de ceros el pasivo de los balances.

Según datos de la CNMV, la deuda de constructoras e inmobiliarias representa 3,08 veces su patrimonio, frente a las 1,57 veces del conjunto de las empresas cotizadas no financieras. Además, equivale a 10,83 veces su beneficio bruto de explotación (Ebitda). Mientras que las cargas financieras, es decir, lo que pagan de intereses por los préstamos, suponen 0,85 veces el Ebit o beneficio antes de intereses e impuestos.

La carga financiera media de las compañías cotizadas es de 0,33 veces, casi una tercera parte del sector del ladrillo, mientras que el ratio deuda sobre Ebitda alcanza las 3,91 veces, también tres veces menos.

En 2003, antes de que las empresas de la construcción comenzasen a pasar de forma masiva por la ventanilla de los bancos para pedir dinero, la deuda era de 24.552 millones de euros, y los ratios mostraban una cara mucho más amable. La deuda suponía 1,59 veces el patrimonio y 5,91 veces el Ebitda, mientras que las cargas financieras eran de 0,30 veces el Ebit.

La crisis provocará que el 10% de las empresas españolas dejen de pagar en 2008

Fuente : Invertia

El frenazo del crecimiento económico sacará a relucir las penas del tejido empresarial español. Aproximadamente una de cada diez empresas nacionales incumplirá sus compromisos de pago a lo largo del próximo año, según muestra un estudio elaborado por Crédito y Caución. El mayor grado de morosidad esperada se concentra en Baleares, donde el 27% de las empresas se encuentran dentro de la bolsa de máximo riesgo.

Crédito y Caución advirtió el mes pasado de un empeoramiento interanual del 30% en los niveles de impago de las operaciones comerciales a crédito entre empresas españolas. Y señalaba que a cierre de 2008 la variación anual acumulada del crecimiento de la morosidad se situará por encima del 20%. “El escenario es especialmente desfavorable para el segmento promotor inmobiliario, desarrolladores de suelo y constructores asociados a dichos proyectos” debido a que se enfrentan a “dificultades en su capacidad de pago”, contraída por la “menor frecuencia de los flujos de caja”.

En su último estudio, Iberinform, la empresa de información comercial y financiera del Grupo Crédito y Caución, explica que “aproximadamente una de cada diez empresas españolas, el 10,3% del total, incumplirá sus compromisos de pago a lo largo del próximo año” tras aplicar su nuevo rating de morosidad al conjunto del tejido empresarial.

Según esta fuente, la bolsa de máximo riesgo está formada por las empresas que vienen incumpliendo sus obligaciones, el 7,8% del total, y un 2,5% adicional que presenta una probabilidad superior al 70% de comenzar a generar impagos en sus relaciones comerciales a lo largo de los próximos doce meses. “Se trata de empresas muy vulnerables a variaciones negativas de su entorno económico, lo que las hace más propensas al incumplimiento”, añade.

Para Crédito y Caución, “la transmisión de la morosidad entre clientes y proveedores es responsable de una de cada cuatro situaciones de insolvencia empresariales, por lo que resulta esencial tenerla en cuenta en los procesos de toma de decisión comercial”, explica el director general de Iberinform, Andrés Ohlsson.

Baleares es la comunidad autónoma con mayor grado de morosidad esperada, “donde un 27,3% de las empresas se encuentran dentro de la bolsa de máximo riesgo”, según el informe. Asturias (16,2%), Andalucía (15,1%), Canarias (15%), la Comunidad Valenciana (14,4%), o Galicia (13,3%) completan la lista de comunidades cuyas bolsas de riesgo resultan especialmente significativas. Los niveles más bajos se registran en Madrid (7%), La Rioja (5,9%), Navarra (5,6%) y el País Vasco (5,5%).

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