martes, abril 15, 2008

La solución Iberdrola-Gas Natural perjudica el interés del pequeño inversor

Fuente : Invertia


Una fusión entre Iberdrola y Gas Natural frenaría las ambiciones del gigante energético galo EDF en España, pero al mismo tiempo dañaría los intereses del pequeño accionista. Según analistas consultados, la operación más lógica se articularía mediante intercambio de títulos a través de una ampliación de capital de la eléctrica vasca, lo que diluiría la participación de los socios de ambas compañías sin ver un euro en efectivo. Además, la prima por operación corporativa desaparecería del grupo resultante, ya que el núcleo duro gana visibilidad. El propio Ignacio Sánchez Galán opina que la unión de ambos grupos no aporta valor.

El matrimonio de conveniencia ya cotiza en bolsa. Las constantes filtraciones a la prensa acerca de una inminente operación entre Iberdrola y Gas Natural ha evaporado el interés corporativo por la presidida por Ignacio Sánchez Galán. Desde máximos anuales (10,83 euros), ha perdido el 15,3% de su capitalización. Lo que pone sobre la mesa que el mercado ve muy probable una unión de esfuerzos entre la eléctrica vasca y la controlada por La Caixa y Repsol YPF.

La elección de Miguel Sebastián como ministro de Industria, firme defensor desde su antiguo puesto en la Oficina Económica de Moncloa de mantener en suelo patrio las grandes compañías energéticas, también juega a favor de una integración entre Iberdrola y Gas Natural. Tras acabar Endesa en manos de la italiana Enel, la lógica apunta a que el nuevo Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero dará su visto bueno a una solución española, que además intenta satisfacer los intereses políticos y económicos vascos y catalanes.

“Hay muchos modos de enfocar una fusión entre Iberdrola y Gas Natural, pero el más lógico es que la eléctrica lance una Oferta Pública de Adquisición (OPA) a través de ampliación de capital”, expresa Antonio López, analista de Fortis. “Es una fusión buena para ambas compañías, ya que requeriría pocas desinversiones”.

Iberdrola tiene un precio medio objetivo de 11,2 euros por acción, mientras que el de Gas Natural alcanza los 41,36 euros, según el consenso de analistas consultados por Bloomberg. En base a estas mediciones, la utility ampliaría capital en 1.654 millones de acciones, por lo que cada accionista de Gas Natural recibiría alrededor de once títulos de Iberdrola por cada tres (11x3). A los precios descritos, la nueva sociedad valdría en bolsa 74.443,5 millones de euros.

Con el 50,6% del capital cautivo, ACS mandaría en el accionariado de la resultante con el 9,3% del capital social si liquida todos sus derivados. Le seguirían Repsol YPF (7,66%), La Caixa (7,46%), BBK (5,4%), Bancaja (4,53%), las cajas de Castilla y León (3,53%), Suez (2,81%), Santander (2,1%), Alicia Koplowitz (1,5%), Juan Luis Arregui (1,35%), Unicaja (1,2%), Nicolás Osuna (0,93%), Sánchez Ramade (0,75%) y el resto de cajas de ahorro (2,1%).

Con esta composición accionarial, las posibilidades de que prospere una OPA hostil por Iberdrola son prácticamente nulas. Además, los estatutos de la eléctrica restringen el voto en las juntas por encima del 10%, a lo que se une las competencias de la Comisión Nacional de la Energía (CNE). La famosa función 14 da la potestad al regulador energético de “autorizar la adquisición de participaciones realizadas por sociedades con actividades que tienen la consideración de reguladas”, como es el caso del sector eléctrico.

Por lo tanto, el componente especulativo acerca de una oferta hostil por parte de EDF o cualquier otro grupo energético pasaría a mejor vida, lo que haría mella en el precio de la acción. A tenor de sus últimas declaraciones, Sánchez Galán tampoco es partidario de una unión entre Iberdrola y Gas Natural por las mismas razones. “Nada de lo que se especula aporta valor” [refiriéndose a una hipotética fusión con Gas Natural o Unión Fenosa], dijo el alto cargo en la presentación de resultados de 2007. “Iberdrola ya es un campeón nacional”, refrendó. Lo que no deja de ser curioso.

Además, el mensaje oficial de la eléctrica es siempre el mismo, sin matices. “Queremos desarrollar de forma independiente nuestro plan estratégico”, que pasa por la inversión de 24.000 millones de euros hasta 2012. Desde Gas Natural mantienen silencio ante lo que consideran “rumores de mercado”. El tiempo dictará sentencia.

ACS, encantado de recibir activos a cambio de su participación

Demasiados gallos en el mismo corral. Esa es una de las trabas a la integración de Iberdrola y Gas Natural. La constructora que preside Florentino Pérez no ha encontrado precisamente amigos en el seno de la dirección de la mayor eléctrica española por valor en bolsa, por lo que su continuidad en el accionariado, en el caso de que la fusión llegue a buen puerto, está descartada. Pero la gran amistad de Pérez con Isidro Fainé, presidente de La Caixa, puede facilitar una solución que satisfaga a todas las partes.

La salida más fácil pasa por la amortización de la participación de ACS a cambio de activos que integrar en Unión Fenosa. Los analistas consultados coinciden en que Iberdrola-Gas Natural no podrá aumentar cuota eléctrica en España, por lo que tendrá que traspasar alrededor de 4.000 megavatios (MW) de potencia instalada, la misma que Gas Natural tiene a cierre de 2007 en territorio nacional.

Las últimas operaciones realizadas en el sector valoran cada MW entre 0,85 y 1 euro, por lo que los activos sobrantes pueden ser valorados en hasta 4.000 millones de euros. Curiosamente, el precio de la participación directa que ACS tendría en el grupo resultante en el caso de que no materialice los equity swaps. Las plusvalías para ACS alcanzarían los 665 millones de euros. Por ende, las participaciones del resto de accionistas se ensancharían. La Caixa y Repsol YPF controlarían el 16% del capital de forma conjunta, en tanto que el 37% de las acciones estarían controladas por el núcleo duro.

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