sábado, agosto 04, 2007

Blackstone se une al crash crediticio, que ha costado ya 300.000 millones


Fuente : Invertia

Las dificultades por las que atraviesa el mercado crediticio americano y que se ha cobrado un buen puñado de víctimas podría añadir un nuevo nombre a la lista, el private equity Blackstone. La sociedad controlada por el multimillonario Stephen Schwarzman acumula una corrección en Bolsa del 22% desde la OPV de junio. A ella se suman otras entidades financieras, como el banco alemán IKB o el australiano Macquaire, mientras que la hipotecaria American Home Mortgage se dejó el 88% en una sesión por la crisis de las subprime. Según Goldman Sachs, el sector financiero ha perdido en EE UU alrededor 270.000 millones de dólares de capitalización en escasos dos meses.

Desde que el 18 de julio Bear Stearns confirmase que dos de sus hedge funds con importantes posiciones en bonos respaldados por hipotecas subprime habían perdido la totalidad del dinero invertido, las condiciones de financiación en EE UU se han vuelto más restrictivas. Esta mayor aversión al riesgo se ha trasladado a otros mercados de deuda, como la financiación a compañías de capital riesgo, que para la ejecución de sus operaciones hacen uso de un enérgico apalancamiento.

Blackstone es uno de los principales damnificados del ambiente que se respira en el mercado. A pesar de su espectacular estreno en el parqué a mitad de junio, las acciones del fondo se han devaluado un 22% desde la fecha. A la restricción crediticia, que puede dificultar la concreción de adquisiciones, se une la decisión del Senado de EEUU de endurecer la fiscalidad que grava las ganancias de los hedges funds y las firmas de capital riesgo y capital privado.

Los gestores del fondo no se han amilanado a pesar del contexto desfavorable. En dos semanas, han concretado la adquisición de la cadena hotelera Hilton por 26.000 millones de dólares y de DJ Orthopedics por otros 1.600 millones.

La primera operación congelada fue la emisión de bonos para financiar la adquisición de Chrysler, la división americana del grupo Daimlerchrysler, por parte del fondo de inversión Cerberus Capital Management. El montante asciende 8.800 millones de euros y será asumido por las propias entidades Goldman Sachs y JP Morgan de sus propios bolsillos. Estas dificultades tampoco disuadieron a Cerberus, que concretó a los pocos días la compra de la mayor firma de renta de maquinarias para la construcción, United Rentals, por 6.600 millones de dólares.

Kohlberg Kravis Roberts (KKR), que también tiene previsto saltar al parqué en breves fechas, vio como la sonada adquisición de Alliance Boots tomaba un rumbo inesperado. Los bancos que trabajan junto a la firma de capital riesgo fueron incapaces de vender 5.000 millones de libras en deuda senior para financiar la compra del gigante británico del sector de distribución de fármacos y cosméticos. Además, han tenido que pactar mayores intereses para la deuda que han conseguido sindicar.

Para Link Securities, las dificultades que han encontrado la banca estadounidense para sindicar los créditos destinados a financiar operaciones para el capital riesgo han hecho saltar las alarmas en los mercados. “Llevamos meses discutiendo si la crisis inmobiliaria en EEUU, que tras los malos datos de ventas de nuevas viviendas parece no haber tocado todavía fondo, y su impacto en el segmento de hipotecas de alto riesgo iba terminar o no impactando en el resto de la economía de este país así como en el sector financiero en su conjunto. De momento no hay indicios suficientes para afirmar que así ha sido”, expresan.

Por si acaso, Cadbury Schweppes decidió ampliar el calendario para la venta de su división estadounidense de bebidas, Americas Beverages, debido a la “volatilidad desatada recientemente en los mercados de créditos apalancados”.

La subprime asusta al inversor

El dinero ha salido a espuertas del mercado en las últimas semanas. Las bolsas atraviesan por momentos de volatilidad desconocidos en más de tres años. Nadie sabe muy bien qué puede ocurrir, aunque son muchos los analistas que consideran que estamos ante la antesala de un cambio de tendencia en la renta variable. En Link opinan que “los inversores comprenden que, habiendo sido la elevada liquidez uno de los principales catalizadores de las alzas en los mercados de valores, al propiciar un gran número de operaciones corporativas, los mercados de valores van a perder fuerza”.

El caso más claro fue el desplome, con mayúsculas, de American Home Mortgage Investment Corp, un organismo de financiación de préstamos hipotecarios estadounidense. La entidad se declaró insolvente, lo que derivó en una caída del 88% en bolsa. El contagio al resto del entramado financiero ha sido inmediato.

Según Goldman Sachs, el sector financiero ha perdido en EE UU alrededor 270.000 millones de dólares de capitalización en escasos dos meses. Los dos mayores bancos del país, Citigroup y Bank of America, se han dejado en el año el 15,9 y el 10,8% de su valor. Bear Stearns, firma gestora de los fondos que invertían en bonos cuya contrapartida eran hipotecas de alto riesgo, ha retrocedido un 27,3%. Además, esta semana ha bloqueado la retirada de fondos por parte de los inversores de un tercer fondo.

Fuera de EE UU, el descalabro más sonado ha sido el del banco alemán IKB Deutsche Industriebank, que en cuatro sesiones se ha desplomado un 54% en bolsa tras lanzar al mercado un profit warning por el impacto en sus cuentas de la crisis en el sector hipotecario en EE UU. El banco alemán dijo hace dos semanas días que sus cuentas no se verían afectadas. Además, IKB ha sustituido a su consejero delegado.

El gigante australiano Macquarie Bank, por su parte, se hundió un 10,5% el día en que informó que los inversores de dos de sus fondos de alto riesgo podrían perder un 25% de su dinero como consecuencia del colapso del mercado de las hipotecas de alto riesgo.

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