Los valores calientes dejan su primer reguero de inversores atrapados

La imparable espiral alcista de la Bolsa comienza a mostrar su cara más amarga. Una quincena de chicharros ha corregido más del 10% respecto a los máximos alcanzados a principios de año, lo que pone de manifiesto el alto contenido especulativo de este tipo de inversiones y los muchos grados de temperatura a los que estuvieron sometidos. Una vez que el horno se ha enfriado, aparecen los primeros pillados, inversores que entraron en el pico de cotización y que ahora ven, impasibles, cómo mengua su dinero. El ladrillo, con Astroc y Metrovacesa a la cabeza, se lleva la palma.
Las compañías del sector inmobiliario han experimentado en los últimos años una bonanza bursátil sólo comparable a la vivida por el tecnológico antes del estallido de la burbuja. La expectativa de movimientos empresariales, la gran liquidez del mercado y el escaso free float le has permitido añadir ceros a sus cotizaciones al calor del boom del ladrillo por el que España ha transitado durante el siglo XXI.
Ahora, la impresión es que toca recoger velas. Luis Colom, experto de Gaesco, estima que la cotización de “constructoras e inmobiliarias no justifican sus multiplicadores”, si bien lanza un mensaje de calma al puntualizar que “el sector de la construcción no es el tecnológico, al menos no vende humo”.
En humo se ha transformado la apuesta de más de un inversor incauto que, a tenor de los que decían los gráficos históricos, apostó en los dos primeros meses de 2007 por valores recalentados como Metrovacesa, Inmocaral, Colonial, Urbas, Astroc o Montebalito. Las 16 empresas más representativas de este segmento han perdido una media del 16,4% desde que conquistaran máximos a final del año pasado o a inicios de éste. Antes, claro, la fiebre compradora permitió a algunos de ellos escalar en bolsa más del 1000%.
La inmobiliaria Astroc salió a bolsa con un precio de 6,4 euros por acción. En menos de un año, alcanzó los 72,6 euros tras ganar el 1.034% en medio de un proceso de reorganización empresarial que implicó la compra de Landscape, la inmobiliaria de Sabadell, y un buen trozo de Rayet Inmobiliaria. Sesión en positivo tras sesión en positivo, pasó de los 775 millones a los 8.798 de capitalización bursátil. Al mismo tiempo, Enrique Bañuelos, presidente de Astroc, consiguió convencer a inversores del peso de Amancio Ortega, el hombre más rico de España -el segundo es el propio Bañuelos- para entrar en la compañía. El dueño de Zara compró el 5% del capital a 32 euros por acción.
Meses más tarde, la debacle. Durante la minicrisis bursátil de febrero, el inversor se lanzó de lleno a las ventas y, en apenas tres sesiones, Astroc se dejó el 38% de su valor en bolsa. De 8.798 millones pasó a 5.500 en un abrir y cerrar de ojos. Desde ese momento, el valor no se ha movido de los 45,5 euros y la negociación con él se ha reducido de manera drástica. A la espera de que ejecute una multimillonaria ampliación de capital de más de 700 millones y un split de 10x1, la única referencia clara de dónde puede estar el precio objetivo de Astroc es el acuerdo entre Bañuelos y Nozar, por el que el presidente le venderá a la inmobiliaria un 1,68% del capital a 45 euros por acción. Como dice Luis Colom, a favor de la inmobiliaria juega que Amancio Ortega no se haya bajado del barco, a pesar de la severa corrección.
Metrovacesa y el resto del ladrillo
La guerra por el control de Metrovacesa llevó a la acción hasta los 134,5 euros en diciembre de 2006. La paz, ilustrada en el reparto de la sociedad, empujó al valor por debajo de 90 euros. En medio, muchos accionistas andan pillados. Uno de ellos no es precisamente un desconocido. La familia Lara, a través de Inversiones Hemisferio, entró en Metrovacesa a 120 euros por título. Por lo tanto, han visto como su inversión presenta unas minusvalías en cuatro meses del 25%.
Sacyr Vallehermoso superó en el mes de noviembre a ACS como constructora más cara en bolsa después de un espectacular repunte que le llevó hasta los 54 euros por acción. Los analistas apuntan a la escasa liquidez del valor y la toma de posiciones en Repsol como factores desencadenantes de la brusca subida. Meses más tarde, la constructora que preside Luis del Rivero ha cedido el 16% hasta los 45,4 euros con los que cotiza en este momento.
Inbesos, una de las pequeñas del sector, creció el 172% en bolsa en 2007 hasta febrero. Desde esa fecha, se ha dejado el 23%. Urbas ha caído el 17,6% desde los máximos de enero. Eso sí, en año y medio se ha revalorizado más del 450%. Parquesol, compañía debutante y envuelta en una OPA al poco de salir a cotizar, se disparó hasta los 28 euros por acción en enero sin ninguna causa que justificase el movimiento alcista. Desde esa fecha, el valor ha sido castigado hasta retroceder un 15% hasta 24 euros.
También Inmocaral y Colonial, cuyas cotizaciones transitan paralelas desde la OPA de la primera por la segunda, han pagado los excesos. La antigua Fosforera ha caído el 14% desde los máximos en 6,06 euros del pasado mes de diciembre, aunque acumula una plusvalía interanual del 120%. Colonial ha corregido el 13,5% desde enero, aunque antes repuntó el 57% en bolsa desde que Inmocaral hiciese pública la propuesta de fusión.
Montebalito se acercó a los 28 euros por título en febrero justo antes de acometer una generosa ampliación de capital, en la que varios inversores institucionales compraron acciones a 15 euros. Desde esa fecha, su valor se ha empobrecido un 14%, aunque en el año presenta ganancias del 33%. Fadesa pierde el 10% desde que Fernando Martín pagara 35,7 euros por cada título de la inmobiliaria en su oferta pública, mientras que Cementos Pórtland, filial de FCC, se ha dejado el 11,6% de su capitalización bursátil desde febrero. Desde octubre hasta la fecha señalada, había experimentado un rally alcista del 45%.
El resto de valores
El sector de la construcción no ha sido el único en padecer la acumulación de órdenes de venta en las últimas semanas. Otros valores de pequeña capitalización han pagado con sonoras caídas su desmadrada espiral alcista. Aún con todo, y pese al consejo de los expertos de invertir en blue chips, lo que los hechos constatan es que el Ibex 35 lleva ganado algo menos del 6% este año, mientras que el Ibex Small Caps y el de valores medianos acumulan plusvalías superiores al 17%.
Jazztel ha caído un 18,5% desde los máximos de febrero, cuando la acción alcanzó cotas de 0,8 euros tras varias sentencias favorables y, sobre todo, por la entrada de Javier Tallada en el capital. El financiero y presidente de Avanzit anunció la venta de sus acciones de la operadora a los pocos días y el valor cayó hasta los 0,67 euros a los que opera en este momento.
Natraceutical, la filial de la alimentaria valenciana Natra, llegó a subir un 90% desde junio de 2006 hasta enero de este año hasta los 2,15 euros por acción. Las amplias correcciones de febrero robaron un 18% a su cotización. Elecnor, la firma de infraestructuras energéticas, llegó a subir en una sesión el 11,86% a principios de año y en menos de una semana acumuló una plusvalía del 40%. La acción alcanzó los 37 euros, cuando ahora opera en 32, un 13,5% menos. Inypsa y Lingotes Especiales completan el grupo de valores que han caído más del 10%.